La Sociedad Venezolana de Salud Pública aseguró este martes, a través de un comunicado, que nuestro país se encuentra atravesando una crisis humanitaria de salud, debido básicamente a las desatinadas políticas implementadas por el gobierno nacional.
«La crisis es evidenciada claramente por el retroceso de los indicadores de salud, como la mortalidad materna y la mortalidad infantil, especialmente dado por la mortalidad neonatal, producto de cuidados insuficientes a la madre y de atención al recién nacido. Los indicadores de salud muestran brechas muy importantes con respecto a las metas que Venezuela se comprometió a cumplir para el año 2015, en los Objetivos del Milenio», puntualizan.
Señalan además que el fracaso también es confirmado con el colapso total de los servicios asistenciales que prestan la red pública de ambulatorios y de hospitales y en la falta de prevención y control, que ha permitido la reaparición de enfermedades infectocontagiosas y otras como la malaria y el dengue, transmitidas por vectores.
Por otra parte, los galenos critican que los venezolanos ya no cuenten con el libre acceso para la adquisición de medicinas, las cuales son necesarias para curar o controlar sus enfermedades.
«La provisión y disponibilidad de medicamentos esenciales para atender los problemas de salud más importantes está limitada en un 70% en el interior de la República y 60% en el Área Metropolitana de Caracas por lo que no hay acceso suficiente a los mismos ni cobertura a toda la población», cuestionan.
Explican que la capacidad del Gobierno para realizar la adecuada vigilancia epidemiológica y dar las respuestas oportunas de prevención y control, ante nuevas amenazas de salud colectiva como las epidemias, han fracasado.
«Así lo evidencia la severidad de la epidemia de fiebre chikunguña, enfermedad viral emergente que ha azotado al país desde su introducción en junio de 2014; es la mayor epidemia ocurrida en muchos años en Venezuela y una de las más importantes en los países afectados por esta enfermedad. Estimamos que más de 3 millones de personas han sido víctima de la enfermedad. La respuesta del Gobierno ha sido tardía, insuficiente e ineficaz, no se tomaron con suficiente anticipación las medidas preventivas advertidas por la OPS ni los preparativos recomendados por esta Institución. Para ocultar esta dura realidad el gobierno pretendió arrogarse la exclusividad de la información epidemiológica y en las últimas 9 semanas ha censurado los Boletines Epidemiológicos Semanales atropellando el derecho al acceso a la información pública», sentencian.
Grave peligro
Advierten que los pacientes con cáncer u otras enfermedades crónicas como el VIH corren grave peligro, pues la red pública de salud no cuenta con los insumos necesarios para su tratamiento.
«Los pacientes con cáncer que acuden a los centros públicos se han quedado sin la oportunidad de recibir tratamientos, mediante cirugía, radioterapia y muchos de ellos fallecen sin recibirlo, a lo que se agrega la inexistencia no corregida durante meses de medicamentos de quimioterapia, por lo que se encuentran literalmente condenados a sufrir complicaciones y a morir sin tratamiento», indican.
Colapso progresivo
Señalan que todo el sistema de salud está condenado a un colapso progresivo de los servicios asistenciales, «por agotamiento y no reposición de los inventarios; independientemente de la capacidad de pago de las personas, se está prestando atención médica, en condiciones limítrofes, fuera de los estándares de calidad universalmente aceptados, y se restringirá solo a casos de estricta emergencia y por un tiempo y en cantidad limitada, producto de la inexistencia de personal calificado, insumos, medicamentos y equipos».
Finalmente precisan que con los antes expuesto, se corrobora una crisis humanitaria de salud «que ha afectado a la nación especialmente desde 2014, en toda su geografía y a todos sus habitantes, siendo más grave en el interior de la república, con impredecibles consecuencias a corto plazo y durante todo el año 2015, si no son subsanadas las causas que la originan».