En los supermercados, carnicerías y hasta en las bodegas del municipio Palavecino, desde hace algún tiempo se evidencia que no están constantemente abastecidos de pollo, carnes rojas, entre otras proteínas.
“La mesa navideña quedó chucuta”, dijo un carnicero del centro de Cabudare cuando se le consultó sobre la carne para las hallacas y el pollo para la ensalada.
“A principio de diciembre por lo menos se conseguía pollo congelado y hasta gallinas, pero ahora, con el aumento, las carnicerías y mercados no quieren comprar a ese precio”, dijo el propietario de un frigorífico en La Mata.
Refirió que a principio de diciembre compraba el kilo de pollo a 45 bolívares y antes de Nochebuena ya había aumentado a 80 bolívares por kilogramo.
Arguyó que los pollos que venden en los supermercados son beneficiados, que según la Superintendencia de Precios Justos (Sundde) está regulado pero para las carnicerías y frigoríficos no es el mismo precio, por tanto la competencia es muy desigual.
La pechuga de pollo con hueso, con o sin piel, en todas sus presentaciones, modalidades y denominaciones, está regulada en 24,03 bolívares el kilo, mientras que la pechuga sin hueso está regulada en 37 bolívares el kilo, “pero quisiéramos saber en dónde la podemos adquirir por lo menos a ese precio”.
No hay aves
En el Mercado Municipal de Cabudare y sus alrededores, el expendio de pollo desapareció.
Afirman los comerciantes que tienen un mes sin pollo y gallina, y que cuando llega lo traen “carísimo”.
Al mayor lo venden en 60 el kilogramo, lo que impide venderlo a precio regulado quedando casi extinta la ganancia.
La carne también desapareció
En un recorrido entre lunes y martes por el centro de Cabudare, EL IMPULSO pudo constatar que la carne de res literalmente desapareció de las neveras de supermercados, frigoríficos y carnicerías.
¿Qué es eso? responden con jocosidad los carniceros cuando alguna persona les pregunta si hay carne para hallacas (solomo).
Pese a que las dos primeras semanas de diciembre aún se podía conseguir, ya el 26, este corte, así como el bistec, escasearon.
La dueña de una carnicería frente a la Plaza Bolívar, argumentó que la carne se vendió en su totalidad antes del 24, “para las hallacas, a pesar que subió a 140 el kilo, así como la pulpa de cochino a 320 bolívares”.
Precisó que el matadero industrial cerró por vacaciones colectivas hasta después de la procesión de la Divina Pastora, lo que implica que no habrá carne, ni cochino, ni mucho menos pollo.
No hay harina de maíz
Otro rubro que desapareció de las estanterías de abastos, supermercados y bodegas, es la harina de maíz, principal ingrediente para las hallacas.
Para muchas familias, preparar los platos navideños en casa es sinónimo de compartir y unión, aparte de una tradición, pero en Palavecino, el acontecimiento cambió radicalmente al escasear más del 70 por ciento de los ingredientes de la mesa familiar, comenzando por la harina de maíz.
Según personas consultadas, hacer una hallaca cuesta entre 60 y 80 bolívares la unidad, elaborando más de 100.
Una hallaca por encargo tiene un valor entre 100 y 120 bolívares la unidad.
“Sale hasta más económico comprar una hallaca que andar dando tumbos para conseguir los ingredientes”, sostiene Ana Briceño, quien tiene un local de comida en el centro de la ciudad.
Para ella, es un tormento salir a comprar los insumos para preparar los almuerzos ejecutivos que en fecha navideña se ofrece el plato tradicional: hallaca, ensalada de pollo, pan de jamón y muchacho en salsa.
Se eliminó del plato navideño el pernil por estar escaso, así como la gallina de la ensalada.
Un pan de jamón varía de precio según su tamaño y contextura, oscilando entre 250 a 300 bolívares, y los de hojaldre entre 400 y 450 bolívares.
Inmensas colas
En el centro de Cabudare, ya es casi común observar largas colas en las afueras de los supermercados asiáticos o en Farmatodo.
“Si ves una cola te metes y luego preguntas qué llegó”, enfatiza Yeli Gudiño, quien tiene una nieta de un año que todavía usa pañales desechables.
Relata que el papel sanitario, el champú, jabón de tocador, toallas sanitarias, jabón en polvo, entre otros rubros desaparecieron por completo de Cabudare y zonas circunvecinas.
