Cuando hace algunos meses abrieron una extensa y profunda zanja en la calle Principal de la urbanización Pablo Rojas Meza para el cambio de una tubería, a los vecinos, por experiencia, no le quedó más remedio que preguntarse cuándo la dejarían como estaba.
Instalaron la tubería, solucionaron el problema que se les presentaba con las aguas servidas, pero le crearon otro porque, prácticamente los dejaron incomunicados.
La contratista encargada de la obra se retiró y apenas si le echó unas paladas de tierra a la zanja que tan pronto cayó una lluvia se hundió nuevamente.
Las quejas de los habitantes de la urbanización Pablo Rojas Meza, vía a la Ruezga Sur, no se hicieron esperar por el mal estado en que dejaron el tramo al punto de que algunos no podían salir o entrar a sus casas.
Han transcurrido unos cuantos meses desde que la tubería fue colocada en ese sector de la ciudad y la situación no ha mejorado nada.
Diariamente deben hacer piruetas con sus vehículos para salir de la urbanización, y lo mismo ocurre a quienes se dirigen o proceden de La Ruezga.
Inútiles han resultado las gestiones, personales y telefónicas ante Hidrolara para que se ordene la reconstrucción de la calle porque nadie aparece por el sitio y cada día la hondonada se hace más profunda.
Había algunas esperanzas de que mediante los operativos de asfaltado que adelanta la alcaldía de Iribarren, la situación sería resuelta pero al parecer ese sector no figura en los planes de Emica.
Ahora esas esperanzas han debido aplazarlas para el mes de enero cuando reanudarán sus protestas ante Hidrolara, la gobernación o la alcaldía hasta lograr su propósito.
“Es que por esta calle ya no se puede pasar por el estado en que la dejó esa contratista de la hidrológica, que le salen sanciones por su irresponsabilidad”, dijo Enrique Contreras, conductor de una camioneta que pasaba por el lugar.
“Y nosotros, que cuando llueve no podemos salir de la casa porque esto se convierte en un barrial que hasta los carros se quedan pegados”, expresó por su parte María Elena Fonseca.
A esas quejas hay que agregarle las de los dueños de vehículos que han sufrido desperfectos mecánicos al pasar por la zanja dejada por la contratista que instaló las tuberías.