En el último programa de este año, en el programa Crepusculario que Fama 98.1 FM transmite los domingos a las 11 de la mañana, los periodistas Guadalupe Contreras y Juan José Peralta, contarán la historia del Día de los Inocentes desde su origen en la edad media y su ingreso como fiestas de locos o locainas a las iglesias.
Con música larense como acostumbran, los periodistas Contreras y Peralta contarán detalles de las fiestas de locos o locainas que todos los años llenan de colorido y alegría las calles de Sanare con sus Zaragozas y en otras poblaciones del país con diversas como particulares maneras, tradiciones también venidas a América en los galeones de los conquistadores.
Los cristianos copiaron los ritos paganos y los llevaron a los templos, causando molestias a los obispos, quienes mandaron oraciones y procesiones para rechazar las nuevas prácticas ajenas a la religiosidad y sancionar a sus practicantes.
Los enmascarados entraban a los templos disfrazados de mujeres o vestidos de bufones que danzaban en la nave, el altar y los coros cometiendo toda suerte de diabluras, chanzas y algunos revestidos pontificalmente con cruz y mitra, otros vestidos de reyes y duques representaban juegos picarescos de teatro rebasando catedrales e iglesias, incluso interrumpiendo la paz de los monasterios.
Papas y cardenales en concilios y ordenanzas reprobaron –infructuosamente y por siglos– esas prácticas de sacrilegios e impiedades incorporadas después al calendario religioso los 28 de diciembre, vinculándolas a la celebración de la matanza de los Santos Inocentes, ordenada por el Herodes contra los menores de dos años para garantizar la desaparición de Jesús de Nazareth, a quien profecías judaicas proclamaban futuro rey.
Echados a la calle, los disfrazados prosiguieron sus fiestas paganas en las afueras de los templos, llegando a intercambiar roles de autoridad y sexo como los Boleros en pueblos de Miranda y el Gobierno de las Mujeres en Vargas.
En Caicara de Maturín, Monagas, un disfrazado de mono revivió la fiesta con sus atrevimientos y en La Vela de Coro los disfrazados toman las calles después del anuncio por la mujiganga el día anterior y piden dinero a los curiosos so pena de castigos.
En Sanare, la fiesta de los locos obtuvo nombre propio. La Zaragoza comienza en la madrugada cuando hombres del pueblo, con máscaras y vestimentas de múltiples y llamativos colores, muchos alusivos a la mujer –exceptuadas de la fiesta– se congregan en la casa de la capitana desde donde salen a cumplir la promesa de bailar a los niños por su salud y en alusión a la matanza ordenada por Herodes, escena mostrada en un cuadro portado por el Capitán Mayor como enseñanza.