Científicos de la Universidad de Carnegie Mellon, en EEUU, afirman que abrazos ayudan a reducir los síntomas de estrés y de dolencias como el resfriado común, dependiendo directamente la cantidad de veces que realizamos este actos con los efectos positivos que conlleva.
La investigación, que se apoya en una encuesta, aborda cuestiones sobre conflictos personales, apoyo social y la cantidad de abrazos al día.
Los resultados del estudio mostraron que aquellas personas que se sentían más apoyadas por su familia y amigos y que eran, literalmente, “más abrazados”, eran menos propensos desarrollar síntomas de la enfermedad y reducían los estados psicológicos estresantes, tales como depresión o ansiedad.
“Esto sugiere que ser abrazado por una persona de confianza puede actuar como un medio eficaz para transmitir apoyo, y que el aumento de la frecuencia de los abrazos podría ser un medio eficaz para reducir los efectos nocivos del estrés”, sostiene Sheldon Cohen, líder de la investigación.”Aquellos que reciben más abrazos están más protegidos ante la infección”.