Kim Kardashian es diferente al resto de los mortales. Y lo recuerda siempre que puede. Es quizá por ello que la celebrity estadounidense ha decidido que no había mejor regalo de Navidad para sus empleados que un tratamiento de bótox.
La mujer del rapero Kanye West piensa que con este regalo sus empleados trabajarán más contentos. Sin embargo, muchos no han reaccionado como la estrella de la televisión esperaba. No en vano, regalar un tratamiento de belleza, por costoso que sea, puede ofender a la gente.
«Kim siempre ha ofrecido mejoras estéticas gratis, y en lugar de gastar dinero en sus niñeras, asistentes personales, sirvientas o cocineros, reparte tarjetas regalo en clínicas de bótox. La mayoría de las veces le dan las gracias pero no aceptan el regalo. Los vales suelen tener un coste de más de 500 dólares (400 euros), por lo que Kim no entiende por qué sus empleados no lo piensan más antes de rechazarlos», ha declarado una fuente a la revista «Heat».
A KArdashian le gusta mucho la Navidad, pues se puede permitir algún exceso. Según la misma fuente, la joven, que este es el primer año que celebra la Navidad casada con West, añade una patata asada a su cena, algo que se toma como un capricho. La figura de Kim, con su prominente trasero, exige horas de entrenamiento y de dieta, por lo queuna patata asada puede ser todo un lujo.