Por tercera ocasión en menos de un mes, directivos y trabajadores del Hospital Psiquiátrico El Pampero, ubicado en la parroquia Tamaca al norte de la ciudad, se encontraron con la indignante y amarga sorpresa del hurto. De tal modo, obstaculizaron los accesos de la intercomunal Cují-Tamaca a la altura de dicho centro asistencial.
Aproximadamente a las 9:00 de la mañana comenzó la acción de protesta, cerca de 20 enfermeras, enfermeros y médicos especialistas colocaron escombros sobre la arteria vial y levantaron una pancarta exigiendo seguridad en la zona. Indicaron que se sienten hastiados de los constantes sucesos delictivos.
El hecho se registró en horas de la madrugada de este jueves, cuando unos sujetos abrieron un boquete de metro y medio de grosor en la pared perimetral sur del recinto.
Inmediatamente, violentaron las puertas y sustrajeron elementos de valor en las oficinas de administración, personal, bienes nacionales y almacén.
Misteriosamente, la acción vandálica no fue observada por ningún testigo. En el sitio sólo se encontraban el portero y el chofer de ambulancia, ambos cumpliendo guardia.
“Estamos cansados de tanta inseguridad en nuestro recinto, hacemos una desprendida labor social en beneficio de nuestros pacientes, quienes dependen diariamente de una cuidadosa atención médica. Lamentablemente este hecho va en detrimento de este servicio”, expresó una enfermera que decidió no indentificarse.
Pérdidas millonarias
El doctor Elides Chirinos, director del centro psiquiátrico, declaró que este robo afectó el 90% de la capacidad operativa del recinto. Luego del suceso levantó una denuncia ante el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc).
Informó que los delincuentes sustrajeron cuatro CPU, cuatro equipos de aire acondicionado, dos monitores de computadora, dos neveras, una fotocopiadora, una impresora, dos microondas, una rebanadora y un copy printer.
También equipos médicos como cuatro aspiradores de gleras, un equipo diagnóstico, cuatro nebulizadores, dos juegos de muletas, dos medidores de voltaje, dos carretillas de metal y otros elementos de bajo valor.
Incluso, los maleantes se llevaron los alimentos que iban ser utilizados para un compartir navideño entre trabajadores y pacientes.
“Estamos prácticamente al borde de la paralización porque resultó afectado el 90% de la atención de nuestro hospital, prácticamente lo desvalijaron todo”, comentó Chirinos.
Intuye que la operación tuvo que realizarse con un buen número de personas y camiones que puedan albergar las dimensiones de los equipos sustraídos.
“Perdimos casi toda la información administrativa laboral, donde estaban la data de la nómina y los registros de asistencia”.
Antecedentes
La semana del 20 de noviembre ocurrió el primero de los tres sucesos registrados en menos de un mes, cuando se llevaron ocho vigas T que iban a ser utilizadas para reparar el techo del área de farmacia. Luego, el 28 de noviembre se produjo el segundo robo en el centro asistencial, donde se registró la pérdida de computadoras y aires acondicionados.
En todos los hechos relatados, los delincuentes ingresaron por el mismo sector.
Directivos y trabajadores del hospital exigen presencia permanente de efectivos de seguridad, pues el centro se encuentra a merced de localidades con alto índice de inseguridad.