Falta de alimentos y medicinas, inflación galopante y tasas de homicidios récord, sangrientas protestas y el durísimo golpe de la debacle del petróleo: Venezuela culmina un año que no le dio tregua y que birló al presidente Nicolás Maduro tres cuartas partes del apoyo popular, a meses de cruciales legislativas.
El brutal derrumbe de los precios del petróleo, que genera nueve de cada diez dólares disponibles en el país, la caída del Producto Interno Bruto (-4%), un déficit fiscal del 20% del PIB y un creciente malestar que la oposición parece incapaz de capitalizar, delinean un panorama difícil para el gobierno y el país.
«Por primera vez en 15 años veo un sistema político vulnerable», dice a la AFP el politólogo John Magdaleno al analizar la forma en que Maduro –un exconductor de autobuses, nominado heredero de Hugo Chávez– vio evaporarse el capital político forjado por su mentor.
«Hay una situación de escasez y alta inflación que se va a agravar. El malestar puede crecer y podría haber creciente represión» policial, agrega Magdaleno en un país traumatizado tras semanas de combates callejeros que en primavera dejaron 43 muertos, cientos de heridos y miles de detenidos.
Las protestas comenzaron como reclamos estudiantiles por el costo de la vida y la inseguridad, y derivaron en un movimiento insurreccional donde abundaron policías y manifestantes asesinados por francotiradores.
«La pesadilla de Maduro deben ser las parlamentarias, elecciones que por primera vez (durante la era chavista) se darán en medio de una crisis» económica, advirtió el analista Luis Vicente León en una entrevista televisada este mes.
León señala que Maduro enfrenta un grave dilema: «Si tomas medidas, tendrás costos políticos, si no las tomas, tendrás las crisis en plena ebullición».
Tras la muerte de Chávez en 2013, Maduro ganó la presidencial de abril por 1,5 puntos y en diciembre arrasó en las municipales con nueve puntos de ventaja.
Pero un año después la popularidad del presidente medra en el 24%, un tercio considera su gestión «muy mala» y más de ocho de cada 10 creen que el país está mal, según la consultora Datanálisis.
Las calamidades vuelan en escuadrilla
El expresidente francés Jacques Chirac, frente a una crisis, pontificó: «Las calamidades vuelan en escuadrilla». La frase se aplica a Maduro y la población venezolana en 2014.
Pese a una veintena de planes contra la delincuencia en la última década, la criminalidad siguió incontrolable y marcó el inicio del año con la ejecución en una carretera de la exreina de belleza y actriz Mónica Spear.
Se trate de cifras oficiales o privadas, que sitúan las tasas de homicidios entre 60 y 80 casos cada 100.000 habitantes, ambas le permiten a la ONU colocar a Venezuela como el segundo país con más asesinatos del mundo.
Y específicamente en Caracas, cálculos a partir ingresos en la morgue, dan para el área metropolitana más de cien muertes violentas cada 100.000 habitantes, 15 veces más que la media mundial y 110 veces más que en Europa.
La inflación también bate récords y en agosto rozó 64% anual, la mayor del hemisferio occidental.
Frente a reclamos de medidas antinflacionarias el Banco Central tomó una decisión: nunca volvió a difundir datos de inflación.
Pero consultoras privadas siguieron midiendo precios y la estiman ya en 80% anual, con un pico de 100% para alimentos.
No sólo la inflación golpeó a los venezolanos. En marzo de 2014 el índice de escasez que elaboraba el Banco Central daba la falta de casi uno de cada tres productos. Esa estadística también desapareció y se calcula que ahora faltan más de la mitad de los bienes básicos.
Turismo farmaceútico
El venezolano pasó 2014 buscando aceite, agua embotellada, analgésicos, medicinas varias, papel higiénico, jabón, árboles de Navidad, ropa interior….
Por ello el viajero –cuando consigue boleto, porque las aerolíneas también cortaron vuelos– se vuelca a visitar farmacias.
«Los nuevos templos del turismo son CVS y Walgreens (cadenas farmacéuticas en EEUU). Un ‘must’ en la agenda de cualquier viajero. Orlando y sus parques deben esperar. La Orca del Sea World perdió el rating ante el acetaminofén», escribía este mes el guionista de telenovelas Leonardo Padrón.
Mientras tanto florece el contrabando, por ejemplo de gasolina, y según el gobierno, con ganancias superiores al tráfico de cocaína.
No es una exageración: un litro de gasolina en Venezuela cuesta medio milésimo de dólar al cambio paralelo. Pero en Colombia se vende 2.000 veces más caro, a un dólar. Y el contrabando mueve –al menos– 18 millones de litros diarios.
Maduro en cadena
Frente a la sucesión de problemas el gobierno ve caer su popularidad pese a la omnipresencia de Maduro en televisión.
Entre enero y noviembre, el presidente estuvo 173 horas en cadena nacional, informa la ONG especializada Espacio Público, además de decenas de horas adicionales en televisoras gubernamentales.
En cadena el presidente visita fábricas, entrega casas, cambia ministros, anuncia medidas que a veces quedan en un limbo, asiste a congresos de mujeres o entona el himno nacional, a veces con el brazo izquierdo en alto y el puño cerrado.
Y también responsabiliza por la inflación a la «derecha fascista y su guerra económica», denuncia los ataques del «Imperio estadounidense» y vapulea a las que considera ‘mafias’ de Miami y al ex presidente colombiano Alvaro Uribe por sus intentos de «golpe de Estado continuado».
«No es suficiente estar en los medios. El gobierno puede hacer muchas cadenas. Pero la gente contrasta lo que se dice allí con la realidad», sentencia en diálogo con la AFP Carlos Correa, especialista en comunicación y líder de Espacio Público.