El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza, saludó este miércoles el histórico anuncio de la Casa Blanca sobre la normalización de las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Cuba.
Insulza felicitó al presidente estadounidense Barack Obama por haber «dado estos históricos pasos, tan necesarios como valientes, para restablecer unas relaciones diplomáticas rotas en 1961».
Según el líder del organismo regional, las medidas anunciadas por Obama «abren una vía de normalización que ya no tiene vuelta atrás» entre Estados Unidos y Cuba.
Insulza también pidió al Congreso de Estados Unidos que adopte «las medidas legislativas necesarias para levantar el embargo en contra de Cuba», establecido en 1962.
Obama anunció el viraje en la política estadounidense hacia la isla en simultáneo con una alocución del presidente cubano Raúl Castro, en La Habana.
Los cambios en las relaciones permitirán la apertura de embajadas en las capitales de ambos países, y Obama prometió que revisará con el Congreso el embargo económico que pesa sobre la isla.
La isla antillana resultó suspendida de la OEA durante una reunión realizada en enero de 1962 en Punta del Este, Uruguay, al fin de una discusión centrada en la «intervención de potencias extracontinentales» en América Latina, en una clara referencia a las relaciones de Cuba con la entonces Unión Soviética, en plena Guerra Fría.
La marginación de Cuba del resto del continente comenzó a resquebrajarse de forma evidente y durante la V Cumbre de las Américas, realizada en Trinidad y Tobago en 2009, los presidentes de la región dijeron a Obama que ya no apoyaban la política del gigante hacia la pequeña isla.
Esta semana, Insulza reveló que las partes llegaron a un acuerdo para no tratar ese tema en esa cumbre de Trinidad y Tobago, pero que la cuestión quedaría en manos de la OEA.
Apenas tres meses más tarde, durante una reunión en San Pedro Sula, Honduras, la OEA decidió dejar sin efecto la suspensión a Cuba, abriendo las puertas para el retorno del país a la organización.
El año pasado, durante una cumbre de la CELAC, todos los presidentes de América Latina viajaron a La Habana, además del propio Insulza y del Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon.