Más de trescientas personas frente a la tienda de electrodomésticos Imgeve, en la carrera 19, gritaban en plena calle que llevaban hasta quince días pernoctando frente al lugar para comprar artículos regulados, muchos de ellos sin éxito por la lentitud de los trámites, situación que generó un estado de tensión durante la tarde de este martes, que ameritó la presencia de efectivos de la Guardia Nacional y de la Policía Municipal de Iribarren, para evitar se desbordara el orden público.
Las santamarías del local se mantenían cerradas y las personas que eran atendidas salían con los productos por una puerta pequeña.
Lourdes Riera, trabajadora del sector salud, calificó de injusticia que su esposo haya permanecido el lunes desde las 7:00 de la mañana hasta la 7:00 de la noche sin poder comprar la cocina que necesita para mudarse para el apartamento que le asignaron en la urbanización Alí Primera.
Señaló que solo pasaron a personas de la tercera edad, “pero esas personas tienen hijos que pueden hacer la cola y no dejarlos sufrir tantas horas parados”, indicó.
Dijo estar de acuerdo con las colas y esperar el correspondiente turno, pero rechazó las listas porque se prestan para que inescrupulosos vendan los cupos hasta en diez mil bolívares, sin contar a los bachaqueros.
Mercedes Dorantes, trabajadora del Ministerio de Educación, manifestó que lleva frente a Imgeve semana y media en una cola porque necesita una cocina, y el sábado que vendieron por número de cédula no logró comprar, ya que había mucha gente primero que ella.
“Ni siquiera he podido entrar a la tienda”, adujo.
Expuso que hace este sacrificio para llevarse una cocina más económica, difícil de comprarla en el comercio árabe por lo costosa que la venden.
Puntualizó que si bien a ella la atenderán este sábado por su cédula, se mantiene durante estos días en el sitio para defender la organización, ya que pasan asistencia cada seis horas para evitar infiltrados.
Por su parte, Nadia Sivira esgrimió que luego de nueve días durmiendo en Imgeve tuvo que pelear para que le vendieran una lavadora (Bs. 17.000) y un microondas (Bs. 8.500). Informó que aceptan 20 mil en efectivo y el resto en tarjetas de débito.
Denunció que mientras ellos hacen colas, algunos guardias nacionales y funcionarios policiales compran sin problemas.