La caída internacional del precio del petróleo es una maniobra de Estados Unidos para perjudicar a Venezuela y a Rusia, afirmó este martes en Argentina el presidente de Bolivia, Evo Morales.
«La baja del petróleo es una clara agresión económica contra Venezuela y Rusia», dijo Morales, el primer mandatario en llegar a la cumbre del Mercosur que se celebra el miércoles en la ciudad de Paraná, a orillas del río del mismo nombre, 500 km al norte de Buenos Aires.
«Vamos a enfrentar esta agresión económica de manera conjunta. Bolivia también lo ha vivido», dijo el jefe de Estado boliviano, en una plaza céntrica de la ciudad, mientras centenares de pobladores se sorprendían con su presencia en la calle, lejos de la «zona de exclusión» de seguridad montada alrededor de la sede de la cumbre.
Estados Unidos hace uso creciente de la explotación del petróleo de esquisto y Arabia Saudita, uno de los líderes de la organización de exportadores OPEP, se rehúsa a disminuir su ritmo productivo, fenómenos que derrumban los precios.
«La caída del precio (del crudo) no es casual. Es una conspiración abierta. (El presidente venezolano) Nicolás Maduro ha enfrentado una conspiración permanente cuando no pudieron tumbarlo con agresiones políticas», afirmó Morales, que se mezcló con la gente, jugó al fútbol en un club y recibió un título universitario honoris causa por su labor en favor de la identidad latinoamericana.
Morales dijo observar «con paciencia» el proceso de integración de su país al bloque aduanero Mercosur, espacio que a su juicio «debe convertir a la región en un área de complementación económica».
Además, Morales dijo que «a través de (el fallecido líder venezolano) Hugo Chávez, el también extinto presidente argentino (Néstor) Kirchner, (el cubano) Fidel Castro y (el expresidente brasileño) Luiz Lula Da Silva en estos procesos de integración se ha cambiado la historia de Bolivia y eso nunca lo olvidaremos».
El mandatario también opinó sobre la batalla judicial de Argentina contra los llamados «fondos buitres», que compran bonos de países en ‘default’ para demandarlos en tribunales, al afirmar que «es otra agresión de parte de los Estados Unidos».