Al consultarle a los venezolanos cómo vislumbran el 2015, la mayoría supone que será complejo.
Si se le formula la misma pregunta a economistas como el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, y al director de estudios de la economía de la Universidad Cetroccidental Lisandro Alvardo (UCLA), Juan José Pérez, estos apoyan el comentario y afirman que en términos económicos estará definido por una crisis.
León comenta que la debacle que se avizora se espera que sea más acentuada, puesto que el país venía transitando por un modelo económico de constantes cambios, control de precios y hostilidad con el sector privado, sin problemas petroleros, pero si a esto se suma el decenso en el índice del barril el escenario se hace más precario; por lo tanto no habrá divisas.
Describió el mercado cambiario como “distorsionado” y aseguró que el precio del dólar paralelo no se debe a las publicaciones de una página web, sino a la falta de transparencia. No se conoce el precio real del dólar y se convierte en aquel que la persona que tiene bolívares está dispuesto a pagar, “casi siempre aterrorizada por la devaluación”.
Apuntó que la distorsión cambiaria es “la madre de la escasez y la inflación”, puesto que contrae la producción interna y restringe la oferta, lo que obliga al Banco Central de Venezuela (BCV) a financiar a Pdvsa y por tanto, expandir la liquidez monetaria; no se obtienen bienes y servicios por la falta de contraprestación y se agudiza la crisis.
León considera “absurdo” el precio del dólar a Bs. 6,30 al igual que a Bs. 170. Cree necesario un sistema cambiario “serio” que responda a la demanda existente, pero esto no depende de una elección del ciudadano, sino de una medida económica del Gobierno.
Para el presidente de Datanálisis será complejo salir de esta situación “sin dolor”, puesto que se deberán sufrir los efectos del impuesto de precio e inflación, lo que se traduciría en pérdida de la capacidad adquisitiva.
Considera que el mercado funcionaría mejor con una unificación o liberación de la divisa, siempre que se ofrezca lo necesario y se pague lo justo por esto.
Salida sencilla no existe cuando se trata de problemas en materia divisas. Un control cambiario que ha pretendido imponer a los venezolanos, cómo, cuándo y cuánto gastar de su dinero, dentro y fuera del país, ha generado un mercado negro, que ante la escasa oferta se imponen como referente económico.
Así lo expone el economista Juan José Pérez, para quien “difícilmente” se estabilice el precio del dólar, sin la suficiente oferta que responda a la demanda de los venezolanos.
“Quienes tienen un excedente en bolívares luego de los gastos, sea éste mucho o poco, lo quiere llevar a dólares y sacarlo al exterior para proteger sus ahorros de los estragos, porque tampoco hay posibilidades de invertir en el país”, comentó el especialista.
Refirió que al no existir garantía alguna la “desconfianza” se ha convertido en un factor crucial en las finanzas venezolanas. “Existen las leyes, pero luego el Gobierno dicta medidas de tipo discrecional… juegan en posición adelantada y cambian drásticamente el panorama”, lo que luego genera falta de inversión en el país.
Recordó que el Gobierno ha anunciado “en voz baja” el aumento del precio de la gasolina y la unificación del sistema cambiario. Sin embargo, esto no se ha aplicado, por lo cual se sigue deteriorando la situación económica.
Sobre si la dolarización podría ser saludable para Venezuela, señaló que existen dudas al respecto. No obstante, advirtió que esto no ocurrirá, puesto que el “Gobierno jamás dirá que en el país circulará la moneda del imperio”, a pesar de ser posible en términos de un sistema articulado.
Respecto al tema cambiario, León comentó que existe confusión en cuanto a las restricciones del metro cambiario, puesto que sus múltiples plataformas hacen al mercado menos transparente, “oscuro, ineficiente y corrupto”, en el que no está claro cómo las empresas pueden planificar, por lo que ni siquiera están en capacidad de prever cuáles son los acceso de divisas, sus precios y/o cuándo puede acceder a estas.
Por su parte, Pérez dijo que sistemas ”improvisados” como estos sólo generan una “economía malandrizada”, que permite a los venezolanos tomar los caminos verdes y sacar provecho para resolver problemas que el Estado no solventa”. Por eso lamenta que el control cambiario sea un sistema complejo de desmontar a corto plazo.
León advirtió que este no es fundamental para la importación de bienes, y que si bien existen comercios que operan con dólar paralelo, estos según ley sólo pueden costear sus productos a un máximo del dólar Sicad II, sumando la ganacia estipulada del 30%, lo cual se traduciría en una pérdida.
“Sicad II probablemente tenga un hueco para la corrupción, que a mí en lo personal termina oliéndome a Sitme (Sistema de Transacción de Moneda Extranjera)”, comentó León, para quien las distorsiones típicas del mercado se producen por el estímulo “brutal” a la corrupción, que se da por “un precio tan absurdo del dólar” como Bs. 6,30.
Esa cifra, según Pérez, permite que haya múltiples valores de un mismo producto y hasta “precios artificiales o controlados por el Gobierno”, que no dejan conocer su verdadero costo.
Agregó que el precio real se conoce fuera de Venezuela, un referente que a su vez sirve también para calcular el verdadero valor del dólar.
Pérez sostuvo que mientras existan diferenciales cambiarios, y por tanto ganacias especulativas, se mantendrá el “mercado negro”.
La principal fuente de dólares para Venezuela es la venta de petróleo. Al bajar el precio del barril se reduce el ingreso de estos y por tanto la oferta.
“El cronograma que manejará Cencoex para 2015 nadie lo conoce, de hecho resulta incierto el del presente año. Pero obviamente no habrá divisas suficientes porque la caída es severa”, comentó León.
Al respecto, el director de la UCLA refirió que el Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex) figura con un diseño de presupuesto anual que depende del petróleo, al ceder el precio su funcionamiento es deficitario.
Manifestó se debe analizar la asignación de divisas y si el Estado cuenta con la liquidez necesaria.
Al consultarle a León si realmente el alza del precio del dolar se debe a la liquidez en las calles por pago de utilidades, es decir, mayor número de personas con dinero disponible para la compra de dólares, contestó que un pensamiento como ese permitiría afirmar que “cada año el bolívar se devalúa un 100%… cuestión que es errada”.
Agregó que el hecho de que siempre haya dinero circulando es una variable de inadecuada justificación para la devaluación, puesto que en el pasado se pagaron utilidades y el dólar no llegó a precios como los que se muestran, que además son de referencial fronterizo.
Vale destacar que diversos especialistas atribuyen el comportamiento cambiario al sistema de la demanda y la oferta, en el caso venezolano esta última es menor que la primera.
Sobre si considera posible eliminen el cupo de divisas para viajeros, León dijo que estos son rumores propios de una época de crisis. No cree que el gobierno lo tenga planteado como medida, pero mantiene que es un absurdo que el país gaste miles de millones de dólares en un tipo de cambio preferencial para el pago de viajes.
A su juicio se deben hacer los ajustes del valor de este dólar, puesto que en la situación presente hiperestimula la corrupción y los “raspaditos”, lo que ningún país del mundo podría soportar.
Para garantizar el cupo de viajeros, explicó, se debe tener un cambio justo y estable, de lo contrario se agotan las reservas.
Venezuela clama reglas claras
Rafael Alfonso, presidente del Centro de Divulgación Económica (Cedice), comentó que existe un descontrol en el manejo de las divisas y que la falta de reglas claras y justas obliga a los ciudadanos a intentar obtenerlas por cualquier medio; la desinformación también hace que las personas apliquen a través de los diversos sitemas, generando la fuga de divisas.
En tal sentido, apuntó que es necesario atacar la causa del problema (el control) y no la consecuencia.
Alfonso indicó que con una economía con cuatro sistemas de cambio es complejo estar informado; situación que se agudiza ante la falta de oferta y alta demanda.
Señaló que desde el inicio del sistema de control advirtieron como institución que este tipo de estructuras acaban con la disponibilidad de divisas.
Se mostró partidario de que Venezuela adopte el sistema de dolarización y no considera como una salida la unificación de bandas, puesto que de esta manera se mantendría el control.
Tomar o no la decisión
Para León este escenario obligaría al Gobierno a tomar medidas económicas drásticas, aunque representen un costo político severo, en especial para el Presidente, que no se encuentra en su mejor momento de popularidad. “El impacto para el gobierno será fuerte, por la demora de la misma decisión”.
Refirió se trata de un ajuste económico que no se conoce si seguirán postergando, puesto que también tienen la remota, pero no imposible opción, de “no hacer nada como en 2014, aún sin tener dinero”.
Añadió que entre las medidas que debe tomar el gobierno se encuentran: devaluación, incremento del precio de la gasolina, reducción de los apoyos internacionales, búsqueda de financiamiento por organismos internacionales, venta de activos externos, incremento de la producción petrolera y eficiencia en el gasto público, que a la fecha es deficitario. A esta “receta clásica”, agregó el complemento de subsidio en bolívares a la población más pobre, a fin de superar la crisis.
León advirtió que “siempre existirá la opción que ante el costo político terminen socializando la economía aplicando procesos de expropiación”, pero calificó la experiencia en términos de “catástrofe”, debido las pérdidas de producción y eficiencia para la nación.