No por error se dice que Barquisimeto es la capital musical de Venezuela, de aquí han nacido múltiples talentos que han llegado lejos a representar, no solo a nuestro país, sino a tierras larenses. Este es el caso de María Fernanda González Olivo, una joven barquisimetana quien con los sonidos de la bandola llanera llegó al OneBeat. Conózcala…
Mafer, como le dicen sus allegados, tan solo tiene 24 años, pero es una chica súper dedicada en lo que le apasiona y quien la conoce señala que destaca su sencillez y agradable personalidad. Estudiante de Comunicación Social, es una mujer que interpreta a la perfección las notas de una bandola llanera y quien poco a poco fue luchando por disfrutar de la enriquecedora experiencia que el OneBeat ofrece a múltiples músicos del mundo.
Entre nota y nota…
Mafer, ¿Por qué la bandola y no otro instrumento?
Cuando buscaba cupos para estudiar cuatro no había oportunidad, ya que estaba completa esa cátedra. En su lugar me ofrecen estudiar bandola llanera cuyos cupos si estaban disponibles y en cantidad. Mis padres aceptaron y aún sin tener el instrumento comencé a recibir clases en un aula con siete varones y que además eran mucho mayores que yo. El instrumento que me asignaron era muy grande para mis manos y me faltaba la fuerza técnica para ejecutarlo, esto fue traumático al principio pero al cabo de una semana, mi maestro Carlos Hidalgo me obsequió una pequeña bandola que fue la misma con la que él se inició, recuerdo que era de puro cedro del luthier Misael Montoya, de siete trastes y madura sonoridad por la vejez de su madera. Esto me motivó y en corto tiempo aumenté mi repertorio y mejoré mi técnica hasta alcanzar el nivel de mis compañeros varones. Fue así como comenzaron mis presentaciones en público, donde descubrí que eran pocas las mujeres que tocaban este instrumento, en este momento reconocí que ese era mi lugar, mi espacio y mi oportunidad de hacer algo diferente. Ahora ya son 14 años juntas e inseparables: la bandola llanera y yo.
Háblanos de tu relación con la bandola
En Venezuela contamos con cinco tipos de bandola: la andina, central o tuyera, guayanesa, oriental y llanera, esta última, la que yo ejecuto, lleva la melodía de los joropos y sus característicos bordones ofreciendo figuras rítmicas que son imitadas por los bailadores de joropo.
Pero, la bandola llanera fue perdiendo protagonismo con la llegada del arpa, quedando silenciada por muchos años e ignorada hasta hace poco por el resto del país y fue gracias al maestro barines Anselmo López y a su peculiar ejecución con técnicas de guitarra como la “trampa de uña”, logra introducirse en varias producciones musicales lo que ayudó a la difusión de nuestra bandola dentro y fuera de las fronteras y gracias al trabajo de otros bandolistas como Héctor Hernández, Ismael Querales, Saul Vera, Moisés Torrealba, entre otros no menos importantes, la bandola se ha introducido exitosamente en diferentes géneros y cada vez con mayor técnica. La muestra de la bandola como instrumento versátil y camaleónico, es lo que me ha llevado a incursionar en diferentes géneros musicales haciéndome tomar cada vez más enserio mi trabajo con ella, mejorando la ejecución, estudiando armonía y todo en la búsqueda de un sonido propio que la posicione en un lugar de reconocido valor como lo tiene el cuatro venezolano.
Para los menos conocedores, ¿Qué es el OneBeat y como fue tu experiencia?
Es un encuentro entre músicos de diferentes países que se realiza en EE. UU. una vez por año, con el fin de utilizar la música como potente herramienta diplomática para lograr impactos positivos en las comunidades locales y globales mediante la creación de temas inéditos, performances y la realización de talleres en escuelas, orquestas, conservatorios, plazas públicas y museos. OneBeat abarca una residencia de dos semanas para acordar repertorios en grupos grandes y pequeños conformados por sorteos, además constantemente se hacen sesiones de improvisación durante el día con músicos de diferentes grupos al tuyo. Se organizan, dúos, tríos y cuarteros rotativos para hacer música experimental y reconocer el sonido de diferentes instrumentos de otros países. Seguidamente, venían grabaciones en estudios para el registro del repertorio que llevaría a la siguiente fase el “Tour” que consiste en visitar a distintas ciudades de Estados Unidos para compartir con artistas locales y públicos variados, difundir un mensaje de paz, solidaridad y respeto. Mi experiencia fue haber aprendido de otras culturas la manera de ver la vida, de hacer música y de trabajar con y por las comunidades. El OneBeat le dio más fuerza a mi sentir de hacer cosas con música, fue una incubadora de ideas fabulosas que espero esparcir a donde vaya. Por otro lado, ahora cuento con 24 verdaderos amigos repartidos en 17 países del mundo.
¿Cómo llegas al OneBeat?
Eduard Ramírez (cuatrista) y Manuel Rangel (guitarrista y maraquero), son músicos y artistas excepcionales que siempre he seguido de cerca y entre una de tantas entrevistas que había leído, me enteré de sus participaciones en OneBeat 2012 y 2013 respectivamente. Busqué por internet en la página y todo me pareció un sueño fabuloso: las fotos, videos y comentarios de todos los músicos asistentes. Más tarde, el 27 de octubre de 2013 luego de tocar con C4Trio y Gualberto Ibarreto en un concierto en el Teatro Juares de Barquisimeto en el cual también estuvo Manuel Rangel, me habló de las cercanas inscripciones para aplicar como becario OneBeat y recuerdo que al final de la conversación me dijo “Mafer yo creo que tu quedas”. De allí salí animada a postularme en la página y tres meses después recibí un correo con el asunto “Congratulations” donde me informaban que había sido seleccionada junto otros 24 músicos de diferentes países. Cerca de 1500 aplicaciones de todo el mundo fueron consideradas este año.
Anécdotas dentro del OneBeat
Fueron muchas, pero una de las que más se grabó en mi corazón fue un ensayo con la Orquesta Comunitaria Juvenil de Boyle Heights en Los Ángeles, donde me encontraba dando técnicas de improvisación junto con otros becarios a niños de edades entre cinco y 10 años. Cuando tocó el turno de Paul un niño de cinco años que toca violín, no hizo su entrada en dos oportunidades haciendo que la orquesta comenzara a tocar el tema por tercera vez, una vez más no entró y tímidamente levantó su dedo para decirme “Maestra ¿usted podría tocar el Alma Llanera con su bandola?, me quedé sin palabras por un instante y luego procedí a interpretar la pieza.
¿Con que músicos tuviste la oportunidad de hacer amistades y formar equipos?
Hice amistad con los 24 músicos becarios y los 10 músicos del staff. Son un grupo de personas increíbles, amables, aventureros, respetuosos, siempre abiertos a aprender y esto último es de suma importancia pues muchos de ellos son súper reconocidos en su país y sin embargo siempre están para escuchar propuestas. En particular, formé equipo con Sara Lucas una excelente cantautora estadounidense y Daniela Serna percusionista colombiana, con quienes produje y grabé dos temas: “Confesión” y “The Pilas”, el primero con letra de mi composición que Sara quiso cantar en español.
¿Qué le agradeces a la música?
Trascender fronteras, cultivar valiosas amistades, crecer como persona y músico y que puedo llegar a la gente de diversas formas.
¿Con quién te gustaría compartir escenario?
Me gustaría compartir escenarios con: José Feliciano, Carlos Santana, Franco De Vita, Linda Briceño. Ilan Chester, “Pollo” Brito, Rubén Blades, la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado Lara y la banda pop venezolana Caseroloops.
Musicalmente ¿Quiénes han sido tus ejemplos a seguir?
El maestro Anselmo López, por su constancia en la difusión de la bandola llanera, Aquiles Báez, por el carácter investigativo e impecable ejecución de diversos géneros del mundo, además por su gran calidad humana. Ismael Querales, por el legado que nos deja en conocimiento y ejecución de los distintos tipos de bandolas venezolanas. Moisés Torrealba, por llevar la bandola llanera a un elevado y exquisito nivel de ejecución y Manuel Rangel, por la constancia, disciplina e integralidad artística en el competitivo mundo de la música.
Dime tres palabras que representen para ti la bandola
Mi mejor estandarte.
Información: Instagram: @maferbandola
