Oye Robert, harás falta.
Cuando llegaste, yo estaba. Cuando te vas, yo estoy. Si venías a batear tomaba aire pensando en un jonrón, en una empujada. Vaya, son 27 años en los cuales hemos andado juntos, uno abajo y otro arriba. Los aficionados se frotaban las manos y la emoción los excitaba al no más saber que esgrimías el madero con la de ganar en base. Tienes que estar orgulloso por lo que has significado en tu tierra adoptiva.
Dejas cifras y ejemplos. Con las primeras nos deleitamos y con los segundos aprendemos. Eres el bastión de una generación, el heraldo de un grupo ganador de cuatro campeonatos. Tuviste un liderazgo indiscutible. De poco hablar, el bate lo hacía por ti. Hay razones para tenerte como ídolo, galardón simbólico que pocos pueden exhibir con gallardía.
Eres un cardenal auténtico, de pura cepa. Cuantas emociones se anudan en mi garganta. Vuelo hacia atrás y caigo en un melancólico recorrido. Saltan en la mente las tribunas enardecidas, los puños en alto, los decibeles estruendosos, los finales sensacionales, los títulos conquistados. Si quisiera hilar cronológicamente no tendría espacio para el recuento. Son casi tres décadas que apilan las hazañas del máximo productor de nuestra pelota.
Las despedidas son tristes, hasta injustas. Deseamos que no lleguen, pero forman parte del implacable tiempo. Nos toca, pues, ponernos de pie y enrojecer las palmas con un aplauso que se eternice en tu corazón. No hay otra forma de pagarte las bondades que nos enviaste en forma de batazos, empujadas y atrapadas.
Seguiré narrando en el confín imaginario de mi archivo ambulante aquel jonrón de la 97-98 en el sexto inning del séptimo juego contra Caracas. Empate a tres, antesala del triunfo definitivo. Es mi gráfica preferida, el episodio que me levanta los ánimos y me hace creer que no tienes parangón como pelotero de swing oportuno.
Hoy llegaré al estadio con el néctar de tu historial gallardo, y el amargo sabor del adiós. Y me iré con el recuerdo inolvidable de un gran pelotero. Fuerte abrazo y 1.369 veces muchas gracias.
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