La época decembrina es oportuna para los encuentros familiares y el rescate de algunas tradiciones, pero hay quienes aprovechan para utilizar juegos pirotécnicos, sin las debidas precauciones.
Ruidosos, coloridos y de diferentes tamaños se pueden encontrar en el centro de la ciudad, sin embargo, los especialistas recomiendan a la población ser cuidadosa con la manipulación de los artefactos
La doctora, María Auxiliadora Cardozo, adjunta al programa regional Niños, Niñas y Adolescentes, reconoció que los fuegos artificiales pueden brindar horas de entretenimiento, al mismo tiempo representan una amenaza para la salud de pequeños y adultos.
Padres atentos
Los padres y representantes, deben evitar que sus hijos utilicen estos aparatos, por menos inofensivos que parezcan, pues corren el riesgo de sufrir quemaduras, mutilaciones, así como también lesiones oculares.
Aunque no reveló datos estadísticos, manifestó que las manos y dedos se ven afectados en un 50% en este tipo de accidentes, mientras que la cabeza, cara, ojos y orejas sufren aproximadamente, en un 30%.
“Los niños son muy curiosos y desconocen el peligro de las estrellitas o cebollitas. Además, por su corta edad, tienen dificultades para manejarlas, y a la hora de un imprevisto no saben como reaccionar” expresó la pediatra.
Aseguró que los adolescentes tampoco están exentos de una contingencia. De igual modo, deben tomar en cuenta algunas medidas.
Evite tragedias
Lo mejor es compartir la magia de la Navidad, sin pirotecnia, no obstante aquellas personas que insisten en incorporar este atractivo a sus fiestas deben tener en consideración que los expectadores también sufren, por lo tanto no puede arrojarlos a pocos metros.
Mucho menos, colocarlos dentro de latas o botellas, porque durante la explosión, los fragmentos de ambos materiales causan daños en el cuerpo.
Reunir la pólvora es fatal, asimismo, recoger los aparatos que nunca estallaron. Lo idóneo es colocarlos en un tubo de agua para evitar que revienten.