Un enigmático pesebre se erige en el Paseo Artesanal Cuesta Lara, como una de las mejores representaciones del nacimiento del Niño Jesús, en Belén.
Su estructura mide aproximadamente cuarenta y nueve metros cuadrados, cuyas dimensiones generan agradables impresiones a quienes lo observan al paso de los vehículos que se incorporan a esta cuesta para dirigirse al centro de Barquisimeto, provenientes de la avenida Hermano Nectario María (La Ribereña).
Se trata de una digna tradición que tiene más de treinta años en la zona, la cual logra unir a las familias todos los años para su elaboración.
Socorro Barrios (Coqui), quien lleva la batuta de esta costumbre, agradece a Zaida López y a las familias Rivero, Quintero, Elías, Pérez, García, Díaz, Pernalete, Peña, Juárez, Bolívar, González y Barrio Rodríguez, así como al Club Deportivo Los Sortarios por hacer realidad este pesebre.
También dio las gracias al alcalde Alfredo Ramos por donar la estructura de hierro y al gobernador Henri Falón por suministrar la pintura para embellecer el arte.
“Antes se armaba con bambú, el cual era aportado por personal del Parque Bararida”, puntualizó.
Significó la importancia que a esta tradición se unen los niños del lugar, lo que constituye un acervo cultural para las nuevas generaciones, ya que continuarán esta labor sin decaer y tendrán sentido de pertenencia de la misma.
Lamentó que no hayan estado para colaborar en la hechura del pesebre José Alburja (Nixon), Elio López (Chicho López) y Orlando Montilla (El Gallo), quienes se esmeraban para hacer posible este escenario.
Explicó que la preparación comienza desde el mes de octubre para montar todos los detalles que le darán forma al pesebre.
Dijo que en esta oportunidad lo terminaron el 5 de diciembre y lo conservarán hasta el 2 de febrero.
No falta algún vecino que se incorpore con ovejitas, camellos y otros objetos para adornar, acotó, y agregó que compró un nacimiento nuevo que coloca a las 12 de la noche del 24 de diciembre, en compañía de los niños de la comunidad.
Barrios desea que esta tradición no se pierda en la Cuesta Lara, ya que es un signo de cristianismo, admiración y respeto a Jesús de Nazareth y a todos los elementos de la Navidad.
Además, agregó que se trata de un atractivo para todos quienes quieran acercarse hasta el lugar a contemplarlo.