Luis Perdomo, diseñador y conocido por vestir a destacadas misses, fue quien realizó el vestido que lucirá la Divina Pastora para su visita 159.
Barquisimetano y devoto de la Virgen, contó que Dios le dio el don de crear y diseñar. Desde que tenía uso de razón, soñaba con elaborar el traje que llevaría para su procesión. 45 años después, la oportunidad llegó, y en ese sentido se comprometió con las autoridades eclesiásticas a no contar los detalles del vestido. Familiares y amigos se enteraron de la noticia hace un mes, cuando monseñor López Castillo lo dijo y por cuidarlo tanto, el domingo a las seis de la tarde abordó el vuelo de Caracas a Barquisimeto. Durante el trayecto cargó en su brazo un portatraje, en donde traía el vestido de la Virgen y el del Niño.
Nadie en el avión se lo imaginaba. A las 6:30 de la tarde llegó al aeropuerto Jacinto Lara. Allí lo esperaba la familia Salesiana del estado Lara y fue cuando la gente se dio cuenta que junto a ellos viajó el vestido que lucirá la Divina Pastora. El revuelo fue grande. Luis Perdomo, lleno de emoción, cuenta que una niña de unos cuatro años de edad, se le acercó brava y dijo: ¿Por qué te llevas el vestido de la Divina Pastora? Él sonrió y le explicó que era quien lo había hecho y se lo llevaría a su casa.
Mientras Perdomo habla sobre el traje, le brillan los ojos; la sonrisa se le plasma en su rostro. “Fluyó de una forma muy natural y hermosa. No es el diseñador, no es la tela, ella siempre se ve hermosa; tampoco es de tendencia, ni de moda, es un vestido hecho con amor”, destacó Perdomo.
Se cumplió un sueño
El diseñador cuenta que su madre lo abandonó de pequeño y a raíz de ello fue encomendado a la Divina Pastora. Su padre lo llevaba a las procesiones, por lo cual su fe y amor por ella iban creciendo. Cada vez que la veía, decía que algún día la vestiría e imaginaba cómo sería el vestido que le haría. Siempre lo quiso blanco.
Estos deseos lo siguieron luego que hizo carrera y consiguió transformarse en un reconocido diseñador. Ese sueño lo mencionaba en repetidas ocasiones. Todo nuevo conocido le prometía ayudarlo a concretar esa meta, pero nada. Hace tres años, un día antes de la procesión, se acercó al padre Fidel, le expresó su deseo, pero el párroco estaba tan ocupado que no pudieron lograr acuerdos y quedó así.
“Ella fue quien me eligió y quien decidió el momento. Entre los meses de marzo y abril recibo una llamada de José Antonio Torres, un joven de la familia salesiana, que escuchó mi entrevista en un canal de televisión regional, durante la cual expresaba mis deseos de vestir a la Divina Pastora, y me preguntó si estaba dispuesto a hacerlo. Yo acepté, pero no me creía mucho la cosa, hasta que un mes después me llamaron y me pidieron una carta en donde me comprometía a elaborar el vestido. Esta fue enviada al arzobispo de Barquisimeto y el pasado mes de julio fue cuando me dieron el sí”, explica el diseñador.
Perdomo comenta que se hicieron unas reuniones previas con las autoridades eclesiásticas. Le explicaron cómo se debía vestir a la Virgen, el largo de las mangas, faldas y cuello debían respetarse, diseñar el cojín de los pasamanos y hasta el mantel del altar de Santa Rosa, con la novedad que por primera vez, pidieron el mantel que va a exhibir el altar de la Catedral.
La Virgen cambió el traje
Perdomo le encomendó a sus dos socios, Roberto Vitollo y Guillermo Trujillo, la compra de la tela en Italia. Cuando estaban allá, el diseñador soñó con la Divina Pastora. La patrona le decía que el color de su vestido no sería blanco como él lo había imaginado y a través de su revelación lo guió. Al despertarse llamó a sus socios y cambió las descripciones de las compras que debían hacer. Posteriormente las telas fueron llevadas a Turquía en donde fueron bordadas y esto permitió que al llegar, la elaboración del traje fuera más sencilla.
No se cansaba de verlo
Luis Perdomo explica que ama su trabajo y cuando diseña un vestido de novia, lleva seis meses entregárselo a una clienta. “No es un trabajo, es una bendición”, así describe cómo fue su labor con el traje de la patrona de los larenses.
Sonia López es la costurera. Ella al saber la noticia, se emocionó, expresando que a pesar que no era de Lara, siempre había soñado con hacerle el vestido a la Virgen y esta vez, sus manos fueron bendecidas y se encargaron de coserlo.
“Cada vez que terminábamos una parte del vestido, lo colgaba en el maniquí y lloraba. El cuerpo se me erizaba; no podía dejar de verlo. Lo hicimos en Caracas y lo teníamos totalmente resguardado, en un cuarto para que nadie pudiese verlo”, cuenta Perdomo.
Mientras conversaba, miraba la caja donde estaba envuelto el traje y con una gran sonrisa y lleno de emoción manifestaba que aún no lo podía creer. Su sueño se había cumplido. El diseñador Luis Perdomo, indicó que irá a la procesión, junto a sus dos socios y su costurera. Todo su equipo estará presente en la visita 159 de la Divina Pastora.
En el pecho irá el medallón de Don Bosco
Dos tipos de tela se usaron para el vestido: 30 metros de un material y 25 de otro tipo. Un total de 55 metros lleva el traje.
Lo primero en confeccionar fue la capa, la cual lleva unos arruchados. Posteriormente la falda y la blusa, cada parte tiene tres capas de telas.
El pechero fue una de las últimas piezas en terminar, al igual que el traje del Niño. Dificultades no faltaron pero se resolvieron con amor: los zapatos de la Virgen son talla 35 y fueron fáciles de forrar, pero los del bebé, no había máquina adecuada, por lo cual los mandaron a pintar en el color exacto al del traje.
El vestido debía llevar la imagen de Don Bosco, porque se celebra su bicentenario y las hermanas Salesianas, dieron el medallón de bronce, que llegó de Roma.
George Whittels, el orfebre del Miss Venezuela, fue quien se encargó de hacer la pieza para colocar el medallón y el mismo irá en el pecho de la Virgen.
Luis Perdomo quería regalarle la corona a la Virgen, pero no fue permitido, sin embargo el Niño estrenará corona, diseñada también por Whittels.
Mientras la corona de la Divina Pastora será pulida para el día de la procesión y se está coordinando que las flores que llevará dentro del trono, sean similares al color del vestido, para que de este modo exista armonía.