Ampliar la composición de las reservas internacionales, no las mejora sustancialmente, además existen dudas en torno al factor de medición de los nuevos activos, asegura Ecoanalítica en informe que señala que con la reforma a la Ley del Banco Central, se hacen malabarismos para enfrentar la crisis.
La reforma de la Ley del BCV permite contabilizar como reservas internacionales activos como diamantes y demás piedras y metales preciosos y que estén depositados en las propias bóvedas del BCV o en instituciones financieras del exterior calificadas como de primera clase.
Se recuerda que el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su manual de Balanza de Pagos especifica que las reservas internacionales están compuestas por oro monetario (lingotes), derechos especiales de giro (DEG), posiciones de reservas en el FMI, otros activos de reserva y derivados financiero.
En tal sentido, Ecoanalítica avizora un posible conflicto con el FMI ya que la reforma flexibiliza el concepto de reservas internacionales. Ratifican que el Ejecutivo no está en negociaciones con el fondo, aun cuando admiten que Venezuela, país miembros del FMI, ha sostenido conversaciones informales con funcionarios de este organismo, pero no representa una asesoría técnica del FMI para la aplicación de medidas de ajuste ni mucho menos la concesión de préstamos.
Estiman que la creación y modificación de 45 leyes vía habilitante demuestran una vez más la incapacidad del Gobierno para generar cambios en la estructura de la dinámixa económica. La mayoría de estas leyes y reformas sólo están dispuestas para regular y controlar en forma represiva, y no abierta; en tal sentido, la formación de distorsiones en el mercado interno será inherente a la actividad productiva del país.
