Vive entre Londres, Los Ángeles, Ibiza y Dubai, compone con su ordenador en el hotel o los aviones y electriza las pistas de baile del mundo entero. El DJ David Guetta encarna la mundialización por mucho que asegure que se siente «completamente francés».
«No tengo realmente un lugar fijo donde paso mi vida y pueda decir ‘me voy a levantar y acostar siempre a la misma hora’ (…) Mi trabajo tiene muchas ventajas pero la regularidad no es una de ellas», confía a la AFP este trotamundos que lleva vendidos ocho millones de discos y acaba de lanzar el nuevo, «Listen».
«Llevo una vida internacional pero me siento completamente francés por mi cultura», precisa el DJ, de cabello largo y pantalones vaqueros rotos, figura emblemática del importante contingente francés adoptados por las discotecas del mundo junto con Daft Punk, Martin Solveig o Bob Sinclar.
Tras el éxito de su último álbum, «Nothing But The Beat» (2011), David Guetta, de 47 años y 25 de carrera manejando platinas, no renuncia a su línea de «baile festivo». Pero baja un poco el tempo en algunos títulos para insuflar una pizca de «melancolía» a su música.
Tampoco es que se trate del final de una época, sino que «este álbum llegó en un momento difícil de mi vida, en el plano personal, y eso influye en los textos y la música», subraya, aludiendo a su reciente separación de su esposa Cathy, figura de las noches parisinas, con quien formaba desde hace 25 años la pareja emblemática del «clubbing mundial».
«Hasta ahora, mi vida consistía en una fiesta sin parar. Aquí, me encontré en un momento en el que me planteaba un montón de cuestiones, y se nota», confía, hablando de sus nuevos títulos. Fueron compuestos de forma acústica, con piano y guitarra, antes de ser reforzados con los sonidos sintéticos y baterías masivas marca de la casa.
¿India y luego África?
David Guetta, que describe su música como una «combinación de funk, soul, new wave y house music», se impone desde 2009 como arquetipo de un baile mundializado, «estandarizado» según sus detractores, que cuenta con colaboraciones de pesos pesados del pop como los Black Eyed Peas, Rihanna o Madonna.
En «Listen», vuelve a contar con colaboradores de lujo (John Legend, Nicki Minaj o Sia) pero también confía dos cortes a un joven artista que se cruzó en un estudio de Los Ángeles, Sam Martin.
«Siempre se habla de mí por mis colaboraciones con grandes artistas estadounidenses pero también tengo la responsabilidad, como productor, de dar a conocer a gente y de venir con un sonido nuevo», estima David Guetta.
Como hombre de negocios prudente, además de animador de fiestas, no quiere limitar sus viajes a los países considerados «estratégicos en términos de ventas o de visibilidad»: «Algunos DJ han optado por apostarlo todo a Estados Unidos porque es el mercado importante del momento, otros van a fondo con Ibiza. Yo también estoy ahí pero me gusta ir a sitios que no frecuenta todo el mundo…», dice.
«Por ejemplo, voy a ir de gira a la India (en diciembre, ndlr), un país donde se venden pocos discos, pero quiero aprovechar para descubrir países, culturas», añade. El año pasado se asoció a la ONU para recabar fondos para los damnificados en Filipinas y Siria. Ahora sueña, «cuando tenga más tiempo», precisa, con una «gira de verdad por África».