Escribo al llegar del concierto de la Sinfónica Municipal organizado por el Instituto Venezolano de Cultura, con Margot Parés Reyna, Ámbar Arias y Jesús Herrera como solistas, dirección de Rodolfo Saglimbeni y el Coro Juvenil Simón Bolívar. Mañana iré al Mesías de Haendel, dirigido por María Guinand e interpretado por la Schola Cantorum y la Orquesta Sinfónica de Venezuela. La semana pasada fui al concierto dirigido por Gregory Carreño al frente de la Orquesta Simón Bolívar, un regalo para mi espíritu agobiado y maltrecho por las injusticias, sinvergüenzuras y horrores que día a día suceden en nuestro país.
Se los he dicho muchas veces a la salida de los conciertos: ustedes son la razón por la que no me he ido de Venezuela. Porque cada día aparecen nuevas razones para salir corriendo. Cada vez que me siento así, mi “gasolina” son los conciertos. Voy a todos los que puedo, y cuando dejo de ir por alguna razón, créanme que lo siento. Porque cada vez que voy a un concierto salgo convencida de que tenemos remedio.
Ustedes son la otra cara de la moneda del país: ustedes han demostrado excelencia donde impera la mediocridad. Ustedes son el orden donde impera el desorden. Son la disciplina donde todo lo demás es un pandemonio. Son la puntualidad donde la norma es que no existan horarios. Son tolerantes donde la inflexibilidad señorea. Coexisten aunque piensen distinto, son solidarios y generosos en un país donde pensar diferente es un delito, la solidaridad no se asoma desde hace rato y el egoísmo avasalla.
Y es que la música es vehículo sublime para transmitir valores. Me emociona pensar que es el verdadero lenguaje universal, porque un músico venezolano entiende e interpreta la misma partitura que un músico japonés, finlandés, mozambiqueño o vietnamita.
En “El principito” de Saint Exupéry, el zorro le pide que lo domestique. Domesticar significa “crear lazos”: “si me domesticas, tendremos necesidad uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo. Yo seré para ti único en el mundo…”
Ustedes son únicos para mí porque los hice “mis músicos”. Porque me llenan de esperanza cada vez que estoy a punto de flaquear. Porque son la Venezuela en la que creo, la que siento, la que quiero, la que sueño. La Venezuela donde quiero que regresen mis hijas. La Venezuela donde quiero que vivan mis nietos.
@cjaimesb