– ¿Una cervecita?
– No, gracias
– ¿Nos tomamos una copita de vino con la comida?
– No, yo no puedo
– ¿Vas al cumpleaños de Luis?
– No, porque no puedo beber
Esas, y unas cuantas respuestas negativas más, son las que últimamente obtienen las invitaciones desde que la onda fitness se apoderó del mundo, desde que la preferencia extrema por alimentos “libres de esto” y “sin aquello” empezó a convertirse en una suerte de obsesión que nos obliga a contar hasta las calorías del agua, sentir remordimiento hasta por la lechuga, ver a los dulces como una terrible amenaza y pensar que las bebidas, sobre todo las alcohólicas, representan una de las tentaciones más difíciles de rechazar, pues venezolano que se respeta ofrece, casi antes del saludo, “algo de tomar”.
Es por eso que en esta oportunidad, queremos revelar el misterio que se esconde detrás del saborcito característico de nuestras bebidas favoritas, y sacar a la luz pública, de una vez por todas, los secretos que oculta una tabla nutricional que quizás no es tan explícita como quisiéramos, para así descubrir los mitos y realidades que se le achacan a licores como el vino, el whisky o la cerveza, la cual, por cierto, ha resultado toda una sorpresa para quienes pensaban que era el mismísimo demonio disfrazado de bebida refrescante. Así que pónganse cómodos y concéntrense, pues las líneas que leerán a continuación los ayudarán a entender que si quieren bajar unos cuantos kilos, deben también prestarles atención a los líquidos que consumen, sobre todo en estas fechas en las que las celebraciones y reuniones están a la orden del día y, como de costumbre, lloverán invitaciones que nos exigirán lucir un cuerpo escultural.
Hablemos del Ron
Como es bien sabido por todos, el ron es una bebida destilada que se produce a partir de la fermentación de la caña de azúcar, sumamente popular en muchos países del mundo, algunos por producir uno tan bueno que bien vale la pena exportarlo y otros por importar ese elíxir cobrizo de rico gusto y versátil preparación.
Pero, lamentablemente, el ron es uno de los enemigos más malvados de las dietas para bajar de peso, pues por cada 100 ml de este licor tu cuerpo obtendrá, nada más y nada menos, que 231 calorías, las cuales obviamente se irán multiplicando a medida que avance la noche, porque si de algo estamos seguros es de que casi nadie se resiste a los encantos de un segundo, tercer y hasta cuarto Cuba Libre.
¿Qué hay del vodka?
Aunque muchos arruguen la cara al oír su nombre, (quizás porque en alguna oportunidad se sobrepasaron en la dosis “recomendada” y terminaron con un malestar tipo canguro), el vodka es uno de los tragos favoritos de aquellos asiduos a bares, antros, discos y demás locales nocturnos en los que la carta de cócteles está encabezada por el mundialmente conocido Martini.
Se trata de un destilado compuesto por agua y etanol que, al ser producto de la fermentación de granos como centeno, trigo o papa, es uno de los menos recomendados si lo que deseas es reducir medidas y perder peso, pues suele aportar más de 200 calorías por vaso, las cuales, como es de suponerse, aumentan dependiendo del jugo o gaseosa con el que lo combines.
Burbujas con pocas calorías
La champaña, ese famoso vino espumoso francés cuyo equivalente italiano es el prosecco y el español es la cava, es un derivado de la uva que se produce a partir de su fermentación, se puede encontrar en su versión blanca o rosada y representa la bebida perfecta para celebrar por todo lo alto o brindar sin escatimar en gastos.
Pero, (en este caso el “pero” es positivo), si nos concentramos en su aporte calórico, descubrimos que sorprendentemente es mucho más “light” de lo que se piensa, pues a pesar de que proviene de una de las frutas con mayor concentración de azúcar, el daño que hace sobre una dieta de pérdida de peso es poco, ya que por cada 100 ml de champaña o lo que es igual a un par de copas, sólo ingerirás unas 68 calorías aproximadamente.
Por un buen escocés
Para nadie es un secreto que el whisky tiene su puesto de honor en las listas de bebidas alcohólicas del mundo entero, una especie de corona que lo posiciona como el rey de los destilados, el más famoso, el más costoso, el más popular, el más deseado y, sobre todo, el más exclusivo, el que se ofrece en las más finas fiestas después del brindis con champaña y el que se reserva para compartir con los amigos más selectos.
Pero resulta que, totalmente contrario a la creencia popular, el whisky no es el mejor amigo de los regímenes alimenticios de pérdida de peso, pues se obtiene de la combinación de malta fermentada de cereales como cebada, trigo, centeno y maíz y posteriormente envejecido en barriles de roble blanco, por lo que suele aportar alrededor de 200 calorías por cada vaso, los cuales suelen ser más a medida que transcurren las horas.
Made in Perú
Aunque la mayor producción está en el país de los Incas, el pisco es una bebida que también se fabrica en Chile, pero independientemente de su lugar de origen, este aguardiente destilado de uvas entra en la lista de los que más engordan, así que hay que agradecerle al cielo que en Venezuela no es muy popular que se diga, porque de lo contrario todos estaríamos rodando.
Con respecto a esto, los expertos aseguran que su aporte suele ser de unas 210 calorías aproximadamente por cada 100 ml, cantidad que obviamente aumenta en sus derivaciones como la piscola o el pisco sour.
Bebida de los Dioses
Difícilmente alguien se resista a los encantos de una copita de vino, pues no hay nada más delicioso que la sensación que experimenta el paladar cuando se logra el maridaje perfecto entre él y un jugoso corte de carne, una preparación con mariscos o un buen trozo de queso. Además, está comprobado científicamente que le aporta muchísimos beneficios a nuestra salud: Es antioxidante y ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares.
Como si eso fuese poco, resulta que el vino es una de las bebidas más recomendadas si estamos haciendo dieta y nos invitan a una tertulia, pues aseguran los especialistas que su carga calórica es bastante baja, ya que por increíble que parezca, una copa de este licor aporta menos de 50 calorías.
¡Una para el calor!
La cerveza no deja mal a nadie y aunque muchas mujeres se jacten diciendo “ay no, yo no tomo eso porque me saca panza”, la realidad es que no hay ser sobre la faz de la tierra que rechace a una “birrita” bien fría para combatir el calor. Sin embargo, esta bebida carga sobre su espalda la cruz de uno de los mitos más grandes a la hora de hablar de cosas que engordan, quizás por nacer de la combinación de granos de cebada y otros cereales, fermentada en agua con levadura y aromatizada con lúpulo.
Pero resulta que no es cierto que la cerveza sea la culpable de esa barriguita que tanto te desagrada, pues está comprobado que cada jarra de las grandes, lo que es equivalente a medio litro, sólo aporta 200 calorías, una excelente noticia para estos días de sol y altas temperaturas.
Gordura en vaso corto
Baileys, el popular licor a base de whisky irlandés y crema de leche, es una delicia que termina convirtiéndose en una verdadera “bomba atómica” en lo que a calorías respecta, pues tras varios estudios se ha llegado a la conclusión de que por cada vaso (100 ml aproximadamente), el aporte calórico es de 327, lo que quiere decir que en una salidita nocturna de un par de horas, con sólo pedir tres o cuatro rondas, se completa la totalidad de calorías recomendada para un día entero.
