En el primer informe realizado sobre el Cantón Carora, fechado el 29 de mayo de 1768 y firmado por Joseph Vicente de Tarbe se describe a esta región como cálida, árida, de tierras y vientos enfermos, poca propicia para la crianza de animales grandes y básicamente destinada para el ramoneo de especies menores.
Esa Carora, apenas un punto perdido en el mapa, solitaria y aislada en mitad de un desierto y colindante con pantanos fétidos y mórbidos, estaba signada por la naturaleza a la soledad del chivo y el consuelo del cocuy para mitigar las tristezas circulares.
Pero el caroreño convirtió esta tierra seca y desolada en un templo de trabajo, esfuerzo y creatividad. Tomó el viento y lo hizo música en las guitarras de Alirio Díaz, Rodrigo Riera, Ignacio Ramos y otros muchos maestros que triunfan en los más calificados escenarios de Europa y América. A las tristezas las rescató de las lágrimas y las hizo poesía en los versos de Alí lameda, Luis Beltrán Guerrero y otros muchos poetas y escritores, como en la actualidad Juan Páez Ávila, que agigantaron nuestra intimidad de soñadores para hacerla patrimonio universal de la esperanza.
Y para darle plataforma económica a este despliegue de alas poderosas el caroreño dio el salto del chivo a la vaca para entroncar ambas actividades en la forja de un pastoreo que permitiera el desarrollo pleno de sus potencialidades creadoras, en la música, en el periodismo, en la medicina, en las ciencias jurídicas y por supuesto en la agricultura y la ganadería.
Primer paso para estabilizar la alimentación de los rebaños bovinos fue la siembra de pastos artificiales de la cual fueron pioneros Pastor Ramírez Meléndez y Víctor Arape, luego vino el mejoramiento genético mediante el mestizaje donde Teodoro Herrera Zubillaga se erige como figura fundamental al crear un fenotipo lechero tropical, el cual es declarado como raza gracias a los esfuerzos de Mario José Oropeza como presidente de Asocrica y Julio Cesar Álvarez como gerente general.
Es así que al igual que Carora es una referencia en música, literatura y periodismo, también es conocida a nivel nacional e internacional por haber sido la cuna de unas vacas que producen altos niveles de leche bajo las exigentes y limitantes condiciones tropicales, una raza que si bien mantiene un porcentaje alto de su rebaño en el municipio Torres, esta diseminada por todo el mapa venezolano a través de varios núcleos de Asocrica, instalados en las principales cuencas ganaderas venezolanas.
Esto lo confirma la presencia plural de criadores en la recién finalizada Feria de Maturín. Allí Carora con su raza demostró que abarca todo el mapa nacional, demostrando que el legado de esta ciudad es amplio y fértil y que de un punto perdido en el desierto, hoy por hoy es un emblema de inteligencia y creatividad, ganado con esfuerzo, trabajo, constancia y mucha fe. Carora, siempre Carora.
