Desengañadas de la democracia, las frustradas clases medias se echaron en brazos de partidos autoritarios que suprimían las libertades individuales, sometían al individuo al Estado y perseguían al disidente. Cualquier cosa con tal de sentirse a salvo de las veleidades revolucionarias del obrero o del ascenso de sus sindicatos.
La rápida ascensión de los partidos fascistas no hubiera sido posible sin las subvenciones de financieros e industriales que temían el crecimiento del comunismo con su secuela de huelgas y violencias. El primer partido fascista que triunfó en Europa, y sirvió de ejemplo a los demás, fue el de Mussolini, un antiguo socialista que se apoderó del gobierno de Italia en 1922, tras una marcha sobre Roma al frente
de sus milicias, los «camisas negras».
Desde entonces el adjetivo fascista o facha (muy desprestigiado tras la segunda guerra mundial) se ha hecho extensivo a cualquier partido derechista o conservador.
¿Qué es el fascismo? Según Roosevelt, ex presidente americano, la definición sería: la propiedad del Estado por parte de un individuo, de un grupo, o de cualquier otro que controle el poder privado. El o los partidos se caracterizan por su disciplina militar, su singular apego a los símbolos y uniformes, su retórica patriotera y antiliberal, y por la extremada devoción a un líder carismático al que singularizan con algún apelativo heroico (Duce, Fuhrer, Jefe,comandante eterno, caudillo, conducator, rais. Etc.)
Decía el falangista José Antonio Primo de Rivera: frente al marxismo, que afirma como dogma la lucha de clases, y frente al liberalismo, que preconiza la lucha de partidos, el fascismo sostiene que hay algo sobre los partidos y sobre las clases, algo de naturaleza permanente, trascendente, suprema, «la unidad histórica llamada Patria».
No meramente donde se despedazan los partidos aunque sea con las armas de la injuria, sino donde existen partidos rivales ganosos todos del Poder, creando una falsa pugna entre la burguesía que trata de explotar a un proletariado, y un proletariado que trata de tiranizar a una burguesía.
Solo la estupidez ocasionada por la incultura histórica y política hace caer a los pueblos en los errores del pasado, lo ha dicho Manuel Caballero. Otro historiador, Germán Carrera Damas, menciona en su artículo Liberen al Libertador, que Simón Bolívar ha sido mal interpretado por los partidos de izquierda, por sus pensamientos
antiimperialistas. El se opuso a la posibilidad de ejercer una monarquía. Su lucha no era solo por la libertad, sino contra el despotismo.
H.R.Ch. engañó al pueblo con su cacareada revolución socialista siglo XXI. Y su sucesor nos entregó en las manos de otro dictador que se ha robado nuestras riquezas, hasta expoliar las arcas y sumirnos en una pobreza de tipo colonial. No crean la farsa capitalina con el jaleo de una masa roja oficialista ninguneada, exhibiendo una rara sensación navideña de bienestar (Caracas Suena), pan y circo, cuando la mayoría del país sufre por epidemias, hambre, insalubridad y genocidio programado. Caracas, ¡Truena! y que retumbe en todo el país.
Euro Barrios Torres