Desarrollado por primera vez en China hacia el año 150 dC, el papel es todavía uno de los principales soportes de la escritura. El 90% de toda la información en las empresas sigue conservándose en papel, a pesar de que la mayor parte se desecha después de un solo uso. Las consecuencias de esta práctica son claras: un gasto importante en papel (también en cartuchos y tinta), y una serie de problemas ambientales como la deforestación y la contaminación química del aire, el agua y la tierra. Pero, ¿y si pudiéramos escribir en el mismo papel tantas veces como quisiéramos?
Químicos de la Universidad de California, Riverside han fabricado en laboratorio un nuevo papel sobre el que se puede escribir una y otra vez, que se basa en la propiedad de conmutación de color de unos productos químicos comerciales llamados colorantes redox. La tinta forma la capa de obtención de imágenes del papel. La impresión se consigue mediante el uso de luz ultravioleta para fotoblanquear el colorante, excepto las partes que constituyen el texto en el papel. El nuevo papel reescribible se puede borrar y escribir más de 20 veces sin pérdida significativa de contraste o resolución.
«Este papel reescribible no requiere de tintas adicionales para la impresión, lo que lo hace tanto económica como ambientalmente viable», dice Yadong Yin, profesor de química, cuyo laboratorio dirigió la investigación. «Representa una alternativa atractiva al papel corriente en el cumplimiento de las crecientes necesidades mundiales de la sostenibilidad y la conservación del medio ambiente», añade.
El nuevo papel tiene forma de película de cristal o de plástico para que las letras y patrones puedan imprimirse en varias ocasiones, conservarse durante días, y después borrarse por simple calentamiento.
El papel está disponible en tres colores primarios: azul, rojo y verde, producidos por el uso de tintas redox comerciales azul de metileno, rojo neutro y verde ácido, respectivamente. El tinte incluye nanocristales de óxido de titanio (sirven como catalizadores), entre otros componentes.
El proceso de borrado puede hacerse en menos de 10 minutos con un calentamiento de 115ºC, algo que no supone ningún problema, ya que en las impresoras láser convencionales el papel ya se calienta a 200ºC. «Las letras impresas permanecen legibles en alta resolución en condiciones ambientales durante más de tres días, el tiempo suficiente para las aplicaciones prácticas como la lectura de los periódicos». dice Yin. «Mejor aún, nuestro papel reescribible es sencillo de hacer, tiene un bajo coste de producción, baja toxicidad y bajo consumo de energía»
El laboratorio de Yin trabaja ahora para aumentar el número de veces que el papel reescribible se puede imprimir y borrar, con un objetivo de 100 veces, para reducir el coste total. Además, el equipo explora formas de extender la legibilidad de los textos impresos o imágenes durante más de tres días para ampliar sus usos potenciales, como la impresión multicol