El déficit presupuestario golpea a las instituciones culturales. Ninguna escapa a la crisis. Pocas logran mantenerse a flote y desarrollar una programación permanente y de calidad para los ciudadanos. Algunas hacen grandes esfuerzos para seguir adelante, como el Ateneo de Cabudare. Otras, además de lidiar con presupuestos que no se ajustan a la realidad, descubren fallas en su infraestructura, como el caso del Teatro Profesional de Lara y el Ateneo de Barquisimeto.
Poco se escucha sobre actividades en las Casas de la Cultura, ahora bajo el amparo del Gobierno nacional.
Por el contrario, mucho se oye sobre el deterioro del Casco Histórico de Barquisimeto, Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación según la Gaceta Oficial N° 32.712. Instituciones como la Orquesta Sinfónica de Lara, baluarte y bandera de la capital musical, deben aguardar meses y hasta años por créditos adicionales que honren los diversos compromisos salariales.
La recién promulgada Ley Orgánica de Cultura, vía Habilitante, tiene como objetivo, según el ministro de Cultura Reinaldo Iturriza, “la transferencia de conocimientos y herramientas que servirán para fortalecer y desarrollar al sector cultural”.
Si ese propósito abarca recursos a tiempo y reales, recuperación del patrimonio, las instituciones y programas establecidos, mejora de las infraestructuras, mantenimiento de los programas permanentes, apoyo digno al artista, cultor popular, académicos, talento emergente, sin distingo de ningún tipo, bienvenido sea.
Sin mencionar, las responsabilidades de los órganos que rigen al sector cultural, desde el nivel local hasta el nivel central, entidades que llegan a tornarse indiferentes ante la crítica y evidente situación de las instituciones culturales.
El profesor Benjamín Terán, destacado gerente cultural del estado Lara y presidente del Ateneo de Cabudare, aclaró al ser consultado “que no chilla, como algunos comentan, al contrario, defiende lo que por derecho constitucional le corresponde”.
El artículo 99 de la Carta Magna lo expresa claramente. “Los valores de la cultura constituyen un bien irrenunciable del pueblo venezolano y un derecho fundamental que el Estado fomentará y garantizará, procurando las condiciones, instrumentos legales, medios y presupuestos necesarios. El Estado garantizará la protección y preservación, enriquecimiento, conservación y restauración del patrimonio cultural, tangible e intangible y la memoria histórica de la Nación”.
No obstante, tal y como mencionó Terán, la Cultura es el último eslabón de la cadena. “Cuando se recortan y reconducen los presupuestos se comienza por la cultura”.
A propósito, en el Ateneo de Cabudare, la situación económica no ha variado. El capital humano que sostiene esta institución de casi 25 años, está a la espera de un crédito adicional y de un presupuesto acorde a la realidad. “Estamos esperando por un crédito adicional para cancelar compromisos del año pasado.Estamos esperando 150 mil bolívares, que hemos pedido a través de distintos oficios. Esa solicitud la estamos haciendo desde el año 2013 para cancelar sueldos y salarios”. Terán agregó: “no siento que exista disponibilidad de resolver. Se habla mucho pero no se hace”.
El Ateneo de Cabudare, tiene más de siete años con un presupuesto completamente alejado y divorciado de la realidad. “No le estamos pidiendo a la Gobernación que asuma el 100% pero sí que el aporte que da, esté en sintonía con la situación. Estamos recibiendo un aproximado de 175 mil bolívares anual. Hemos tenido que disponer de ingresos propios para pagar algunas emergencias. Con un bolívar devaluado y una inflación sumamente alta, es casi imposible subsistir”.
Ante este escenario, la marcha de la programación se ha visto afectada, así como el desarrollo de los programas.
“Nosotros vivimos reinventándonos. El Salón Héctor Rojas Meza, el más importante de centroccidente pasó a bienal, por ejemplo. Debe sincerarse el presupuesto y tiene que existir voluntad y disponibilidad.
Ante esa política del agotamiento y el alargue, tenemos que ingeniárnosla, explorar otras fuentes de ingresos, fortalecer los talleres y sostener alianzas con empresas privadas”. El presidente del Ateneo de Cabudare recordó que varias ediciones del único concurso de literatura infantil que existe en el estado Lara, están paralizadas debido a la falta de recursos. Los catálogos de la Bienal Héctor Rojas Meza, también aguardan por su impresión.
Institución con moral para pedir
El Ateneo de Cabudare desarrolla los programas Contemos bajo la Ceiba, Proyecto Escuela, Bienal Héctor Rojas Meza, Concurso de Literatura Infantil, Festival de Cuatro, Patio de las Letras, Concurso de Papagayos, ciclo de exposiciones y conciertos. Es referencia de la Unicef y merecedor de premios nacionales que honran su trayectoria.
“Es lastimoso que no se invierta verdaderamente en cultura y existan instituciones de adorno. El Ministerio para la Cultura tiene más de siete años que no le da financiamiento al Ateneo de Cabudare.
Independientemente de los colores está es una institución que tiene moral para pedir”. La Alcaldía de Palavecino hizo un cambio sustancial, dijo el funcionario. Con los recursos percibidos mediante los talleres se les cancela a los talleristas y pagan servicios y reparaciones menores. Con los recursos de la Gobernación y la Alcaldía, se cancela la nómina y la programación artística. “No tenemos complejo de reconocer los aportes de la Gobernación, pero le pedimos que actualice el presupuesto”.