La desconfianza e incertidumbre se apoderan del sector turismo, en especial de las agencias de viaje y su entorno.
Así lo cuentan los empleados de estas y quienes se ven servidos por ellos. Esto ante la información, que ha dejado de ser noticia: la estafa a numerosos ciudadanos, por concepto de compras de boletos aéreos costosos y ficticios.
Pero, una pregunta se genera en este entorno: ¿Las agencias de viaje han registrado solo mermas económicas, o a esto se debe agregar una pérdida en su imagen como servidores?
Cada vez con más frecuencia, se escucha al posible viajero comentar que prefiere adquirir el boleto aéreo directamente con las pocas aerolíneas que lo ofrecen. Sienten que las agencias de viaje estafan a la clientela.
Frente a este complejo panorama, los agentes lamentan que “seudoagencias” manchen el nombre y la labor de profesionales, incluso con preparación universitaria, que se especializan para servir a los viajeros, dentro y fuera del país.
Al respecto, agentes como Francisco Rodríguez, manifiestan que el boom de la estafa ha afectado gravemente su gremio, al igual que los rumores de venta en dólares, lo que además estaría contra de la ley. “Desconfían de nosotros, temen que les vendamos pasajes falsos”. Sin embargo, refiere que la misma situación de desespero de los viajeros, ha convertido al sector en eslabón débil de la trampa, puesto que hay personas que, sin conocer con quienes tratan, pagan hasta Bs. 110 mil por algo que no están seguros que obtendrán; luego son timados.
“El ‘bajo cuerda’ se ha convertido en frase común de estos días. Meses atrás atendí a un cliente que me dijo, con esta frase, que le venderían boletos, a donde sea, por cuarenta mil bolívares… es necesario que las personas estén alerta ante ofertas como esta”, comentó el agente, que para mayor seguridad de su cliente, le mostró, desde su oficina que el sistema no ofertaba ningún destino.
“En estos momentos, cuanto más sencillo es, más se debe desconfiar”, añadió. Como “jungla del turismo” han definido al entorno actual del gremio, donde según cuentan, incursionan “buhoneros del turismo”, que, vale acotar, ofrecen boletos a través de mensajes de texto.
Rodríguez agregó que las agencias de viaje responsables piden el depósito, una vez logrado el boleto, y a cuentas de persona jurídica, no natural. Atienden y tienen en sus oficinas las licencias, registros y permisos a la vista.
Luego de una reposición del servicio, las agencias no sólo se deben recuperarse de las pérdidas económicas, sino también en cuanto a imagen se refiere.
Para agentes como Rodríguez, será necesaria una campaña en la cual se promocionen los servicios de las agencias, sus bondades y profesionalismo, puesto que sumado a esto, existen un desconocimiento del verdadero papel que asumen, ya que sólo se les toma en cuenta como simples mediadores.
Añadió que a esta incomprensión, se suma el comentario de viajeros que no son turistas, sino “raspacupos” y que no buscan atención o asesoría en la elección de un destino u hotel, sino un pasaje. “Son ellos los que están viajando, pero no son nuestros potenciales cliente”, comentó.
Por su parte, Leonardo Alejos, también agente, señaló que los pasajeros que realmente necesitan el boleto, buscan la forma de obtenerlo. Pero el sector productivo de Venezuela no lo ofrece, puesto que las agencias han “decaído en términos nunca antes vistos”.
A su juicio, ningún otro sector en el país se había visto tan afectado como el suyo, y el problema sólo es planteado desde las aerolíneas.
Sobre si las agencias colocan precios por encima de lo establecido entre las aerolíneas y el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC), la agente de viajes María Corina González, señaló que ellos no especulan. Su ganacia es del 6% y está establecida en el boleto.
Respecto al costo de compra, directamente con la aerolínea o a través de agencias de viaje, refieren que es el mismo. Este no debe variar, puesto que se trata de convenios motivados por el número de boletos que se solían manejar a través de estas oficinas intermediarias, y que las compañías aeronáuticas extranjeras no se darían abasto para atender.
Es de recordar que a través de las agencias solía venderse hasta el 80% de los boletos de un vuelo. El otro 20% desde las oficinas de la aerolínea.
En agencias sólo se suma el costo de “servifit”, impuesto que es cobrado a estas por la emisión.
El ciudadano es el más débil de la cadena
Roberto Parilli, presidente de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores (Anauco) reiteró que se debe analizar el origen de la estafa, puesto que esta nace con la crisis del sector y la desaparición del servicio.
“Los estafadores se aprovechan de las circunstancias y del desconocimiento del viajero. Se hacen pasar por falsos agentes freelances y timan a las personas que tienen la necesidad de viajar. Es en la debilidad del usuario, donde se abre paso la corrupción”.
Agregó que el problema no solo se genera con las agencias, sino también desde las aerolíneas. Recordó que recientemente Conviasa despidió a un nutrido grupo de trabajadores, por malas prácticas.
Comentó que no cuenta con cifras concretas del número de denuncias que reciben en este respectos, pero que las mismas son motivadas por: falta de boletos, cancelación de vuelos y estafas en la venta.
Señaló que han alertado públicamente de esto y formulado un llamado a instituciones como Avavit, Iata, Inac y otras.
Recomendó no realizar compras a través de internet o con desconocidos. Es necesario certificar la seriedad de la empresa.
Parilli añadió que con esta situación se violenta el derecho al libre tránsito de los ciudadanos.