Banser Méndez, padre de Renzo Alexander Méndez Gómez, de 28 años, aseguró que su hijo “llegó convulsionando y no lo atendieron. La autopsia reveló que murió por una sobredosis, pero ¿tantos?”, se preguntó el hombre, totalmente afligido. “Tenía los oídos, nariz y cabeza llena de sangre, eso lo veo extraño”.
Méndez llegó la madrugada de ayer a Barquisimeto, desde Valles del Tuy, donde viven. Comentó que su hijo tenía dos años y medio preso en la Penitenciaría General de Venezuela, por un supuesto homicidio, y desde hace un mes estaba en Uribana.
“El 25 de noviembre cumplió un mes aquí. El lunes llamó a su mujer y le dijo que estaba bien, mandó una carta con una amiga la cual nunca llegó, porque ella se regresó cuando se enteró de lo ocurrido”.
Él aún deconoce las causas por las cuales lo trasladaron hasta Lara. “Aunque allá era difícil, gastábamos hasta tres mil bolívares mensuales para visitarlo, porque semanalmente tenía que pagar una ‘causa’ de 300 bolívares; por eso se metió a evangélico, para no cancelar más”.
El hoy occiso dejó tres hijos huérfanos de siete y seis años y una de tan sólo 10 meses.