“En América Latina, Chile es el país más libre de la región (puesto 10 del índice de Libertad Económica del Mundo), mientras que Venezuela no solo es el menos libre de América Latina, sino de todo el mundo”.
Con estas palabras, el especialista Carlos Hidalgo, quien se desempeña como Analista de Políticas Públicas para América Latina del Cato Institute explicó la situación en la que se encuentra la libertad económica en el país, durante un foro realizado por CEDICE denominado Foro Internacional: Índice de Libertad Económica y su relación con el Progreso Humano. ¿Venezuela avanza o retrocede?,
Hidalgo explicó que el índice mide la libertad económica de 152 países alrededor del mundo y como estos también cuentan con mejores calificaciones en libertades políticas y derechos civiles.
“Los países con más libertad económica tienden a ser las naciones más ricas y con mejores indicadores sociales y ambientales. Además, son países proclives a tener menos corrupción e instituciones democráticas más sólidas. La libertad económica no puede resumirse a una sola política como tratados de libre comercio o impuestos bajos. Es un concepto amplio que involucra reformas económicas en áreas como la política fiscal, comercial, monetaria, regulatoria y protección de la propiedad privada, América Latina tiene problemas serios para que la gente tenga sus títulos de propiedad y es el continente con mayor porcentaje de trabajadores informales “aseguró.
El profesor Boris Ackerman, resaltó que para salir de la crisis y alcanzar el desarrollo, es indispensable la libertad, “Es necesario desmontar todos controles que son generadores de miseria, sin controles el país puede alcanzar niveles de desarrollo jamás soñados, pero si no se resuelven los problemas de fondo, como la visión de la economía, no se podrá avanzar y la escasez seguirá generando más envilecimiento de los actores económicos.”
Finalmente el economista y presidente de Econométrica, Henkel García, destacó que para cambiar la actual situación económica en la que se encuentra el país, “tenemos que admitir dos cosas: hemos fracasado como sociedad y estamos domesticados, las malas prácticas económicas tienen más de 15 años y Venezuela necesita mejoras en los entornos macroeconómico, instituciones, infraestructura, eficiencia mercado bienes y laboral, así como el levantamiento de control de cambio debe venir con la ayuda directa a los sectores más vulnerables” concluyó que durante el 2015 la tasa de inflación podría superar el 120%, lo que impactaría directamente en la calidad de vida de los venezolanos.