En el área de influencia de Azucarera Río Turbio, se llegó a moler un millón 50 mil toneladas de caña que produjo un poco más de 80 mil toneladas de azúcar.
A juicio del ingeniero Diego Rivero, gerente agrícola de la factoría, sólo quedan en el Valle del Turbio unas 240 mil toneladas de caña y una serie de haciendas y pequeños centrales arruinados.
“Con eso no llegamos a fabricar 20 mil toneladas de azúcar mientras la demanda en Venezuela supera las 100 mil toneladas mensuales”, precisó el especialista.
Detalla que en el país se producen 6 millones de toneladas de caña, que se traducen en 480 mil toneladas de azúcar y el consumo interno alcanza el millón 200 mil toneladas.
Creciente importación
La importación de azúcar también es otro factor adverso para la industria cañamelar, toda vez se están importando 800 mil toneladas de azúcar para abastecer parte del consumo nacional.
“Afortunadamente la industria azucarera nacional, agrupada en seis centrales privados, ha logrado abastecer el 83% de la demanda nacional, mientras 11 centrales del Estado que sólo abastecen el 17%”, aseguró Rivero.
Uso del Valle del Turbio
El especialista afirma que cuando se cuestionó el uso del Valle del Turbio por parte del Gobierno nacional, se explicó en innumerables oportunidades que la caña de azúcar era un cultivo que protegía al valle por el aporte de dióxido de carbono (CO2), que incluso es mayor a lo que procesa un bosque tropical.
Se fomenta la invasión
Rivero sostiene que el cultivo de la caña era un escudo para el crecimiento descontrolado de las ciudades, las cuales demandaban espacios de recreación y vivienda, pero ahora, en los límites de Palavecino, Peña, Simón Planas, entre otros, se observan en el valle invasiones incontrolables sin permisología alguna.
Sobre el valle recaía un Área bajo Régimen de administración Especial (Abrae), con un Plan Sumario, que podía ser alterado o modificado su uso mediante decreto presidencial, pero nada de eso se cumple pese a ser una norma establecida.
Recordó que en la zafra 2005-2006, en Lara se llegaron a moler dos millones 800 mil toneladas de caña, para producir unas 250 mil toneladas de azúcar que en esa oportunidad representaban el 25% de la demanda nacional.
Hay expectativas para producir azúcar durante la zafra que recién iniciará “pero de materia prima importada”.
El precio también ha sido un factor negativo para el plan de estímulo que pretende restablecer la cañicultura en el Valle del Turbio.
“Por ser un producto regulado el reconocimiento en el precio del azúcar siempre llega retrasado, evidenciado en el último incremento con una lucha de dos años y medio para lograr se considerara y revisara los precios y la inflación, el cual es de dos dígitos medios, lo que ha ido en detrimento de la producción nacional”, arguyó Rivero.