Aumenta la contaminación en el vertedero a cielo abierto de La Life, en la parroquia Agua Viva, a orillas del río Claro, desperdicios que desde hace algo más de 15 años contaminan no sólo este importante lecho sino a las comunidades circunvecinas.
Desde hace años, grupos conservacionistas, cronistas, vecinos, políticos y autoridades, han denunciado este dramático escenario. Sin embargo las acciones han sido en vano por un lado y por el otro se han quedado en simples declaraciones de prensa.
Mientras pasan los años, el basurero crece en grandes proporciones, tanto las dimensiones de los desechos como la contaminación.
Pese a que en el sector está establecida una empresa productora de asfalto y otros materiales propios de la minería, no ha sido posible establecer un convenio para que la misma realice mantenimiento al lugar.
Tonelaje contaminante
Cuando la basura se incendia, el humo se desplaza a cientos de kilómetros impregnando buena parte de la zona más populosa de Agua Viva e incluso de El Manzano, en la parroquia Juares de Iribarren.
Pero la quema de los desechos no es el único riesgo latente en el vertedero de La Life, pues, los lixiviados o líquidos que emanan de la basura se escurren, mezclándose con el agua limpia del río Claro, convirtiéndose, según ambientalistas, en un “afluente mortalmente contaminante”.
Es esta una realidad inquietante la cual los tres últimos gobiernos en Palavecino, han soslayado mientras crece la angustia de los habitantes aledaños.
“Allí tenemos una bomba de tiempo, están echando la basura indiscriminadamente con anuencia del Gobierno que se niega a tratar la terrible situación”, sentenció Eduardo Maldonado, campesino de Cocodrilo, un sector vecino a La Life, quien añadió convencido del peligro sanitario: “Ese botadero tiene que ser clausurado y saneado”.
Según cálculo de vecinos, unas 20 toneladas semanales de desechos van a ese lugar.
Vacuna para contaminar
Tampoco ha sido posible que los organismos de seguridad, acordonen la franja del río Claro y establezcan responsabilidades penales y administrativas al continuo bote de desechos sólidos en la zona, a donde acuden diariamente no menos de dos docenas de camiones.
“Hemos visto pasar hasta camiones volteos de la Fuerza Armada, de Corpoelec, Hidrolara y hasta contratistas de la Alcaldía de Palavecino, todos cargados de basura, escombros y otros materiales”, comentó Laura Campos, vecina de Las Tunas, agregando que muy poquísimas veces la Guardia Nacional o Policía de Lara, bajan hasta el río a patrullar.
Un volquetero que se gana la vida extrayendo arena del río Claro, bajo protección de su identidad, declaró que pagan “vacuna para extraer material del río y también para hacer algunos botes”.
Erradicarán el basurero
El alcalde José Barreras, aseguró que establecerá contacto con el Ministerio del Ambiente y la Gobernación, para comenzar el proceso de saneamiento de La Life, “pero es un trabajo arduo porque han sido más de 15 años de botes de basura, escenario que se triplicó en la gestión anterior por el desastre en el tema sanitario”.