Una grabación de la voz de Rubén Antonio Lucena Soto, quedó para señalar a los autores de su crimen.
Al hombre de 52 años de edad, le rociaron un pote de tiner en su cuerpo y tuvo quemaduras de tercer grado y luego de seis días falleció.
Fue premeditado
Rubén Antonio era conocido por todos como La Yeca, era una persona que no tenía trabajo fijo y para ganarse la vida acostumbraba a pintar casas, limpiar solares y hacer mandados a las personas de Lomas de Curigua, población ubicada en Sanare, municipio Andrés Eloy Blanco.
El domingo 16 de noviembre, La Yeca se puso a tomar con su amigo y compañero Darío García Escalona (58), sentados en una acera.
A eso de las 5 y 30 de la tarde aparecieron cuatro jóvenes de la zona, quienes llegaron con cuatro tobos de agua y una botella de tiner. De inmediato rociaron con la sustancia combustible a Lucena Soto y le dieron a García Escalona, quien también estaba bajo los efectos del alcohol, un fósforo y lo alentaron que se lo tirara a su amigo. Cuando lo hizo se prendió en fuego.
La Yeca estaba muy tomado y no pudo correr. No hacía más que dar vueltas prendido en llamas. Uno de los jóvenes le arrojó un tobo de agua para apagarlo y se fueron, relató Yasmeli Lucena, sobrina de la víctima.
La dama indica que el hecho fue premeditado, pues hasta buscaron tobos de agua para después apagarlo.
Aguantó seis días
Familiares de la víctima lo auxiliaron y lo llevaron al Hospital de Sanare, en donde lo limpiaron y remitieron al Hospital Central Antonio María Pineda, de Barquisimeto. Al llegar lo recibieron en el área de Caumatología, presentó quemaduras de tercer grado en todo su torso, brazos, rostro y cabeza, aproximadamente el 45% de su cuerpo estaba quemado.
En el centro asistencial lo vendaron por completo. Sólo su rostro estaba descubierto y lo dejaron en la cama tres, hasta el jueves 20, cuando le dio un paro respiratorio y fue pasado hasta la cama seis del área de emergencia, en donde estuvo hasta las 9 y 30 de la noche de este sábado. No soportó y murió.
Acusó a quienes lo mataron
Durante su estadía en la Unidad de Caumatología, la doctora que lo trataba, no quiso entubarlo, para que rindiera sus declaraciones, ya que estaba consciente. Funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc nunca se apersonaron, a pesar de que se colocó la denuncia, expresó Erika Lucena, hermana de la víctima.
Su sobrina Yasmeli indicó que como nadie tomaba las declaraciones, ella decidió grabarlo.
Un poco lento porque tenía dificultad para hablar, pero de forma muy clara se escucha cuando el señor Rubén cuenta que unos muchachos llamados Raúl, El Puchungo y Los Morochos, de quienes indicó vivían en la esquina, fueron los que rociaron el tiner en su cuerpo. Posteriormente comenta que su amigo Darío prendió el fósforo.
Al preguntarle la causa decía que no sabía, que sería por locos y pedía detuvieran a los responsables.
Un detenido
El día que se consumó el hecho, efectivos de Polilara detuvieron al amigo de la víctima, Darío García Escalona (58), como partícipe de las lesiones.
Ayer, al conocerse la noticia de la muerte, lo aislaron. Alegó a las autoridades que Raúl, Los Morochos y El Puchungo, estaban arreglando una moto y a propósito le rociaron el tiner a su amigo, pero él estaba tomado y fue a prender un cigarro en ese momento y fue cuando el cuerpo de Rubén Lucena Soto se prendió en fuego. Los seres queridos de la víctima fatal esperan que se haga justicia, expresan que no merecía morir de esa manera, porque era una persona que no se metía con nadie.
Autoridades del municipio Andrés Eloy Blanco tienen conocimiento del caso y saben quiénes son el resto de los implicados. Informaron que son jóvenes que se la pasan causando problemas en el pueblo, esperan que fiscalía emane una orden de aprehensión para hacer efectiva la captura.
Abatidos en Sanare
Dos jóvenes fueron abatidos la tarde de ayer en el sector Sabaneta de Sarare (Simón Planas), por una comisión de la Polícia Militar, estadal y el Cicpc. Se trata de Jesús Alberto González Rodríguez, alias El Chuma (24) y Juan José Pagua, alias El Niño (20), quienes se enfrentaron a tiros con los uniformados, luego de robar una moto. El Chuma murió en el sitio y El Niño fue localizado una hora más tarde, en la casa donde se escondía, sin signos vitales.