El padre Badoglio Ramón Durán, nacido en la población de Duaca, celebra sus veinticinco años de vida sacerdotal, y lo hizo ofreciendo un concierto a sus seguidores la tarde de ayer, en el auditorio Ambrosio Oropeza de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA).
Antes del evento, en el cual interpretó varios temas católicos, recordó que la ordenación la recibió el 11 de noviembre de 1989, por monseñor Tulio Manuel Chirivella. Desde entonces ha dedicado su vida al servicio de las comunidades y los más necesitados.
Orgulloso de su trayectoria, dice que es una bendición muy grande mantenerse en el ministerio sacerdotal, por lo cual agradeció a Dios este privilegio con una eucaristía celebrada el pasado 15 de noviembre en la iglesia Inmaculada Concepción de El Tocuyo, donde actualmente es párroco. De igual manera, la presentación realizada forma parte de un humilde homenaje dedicado a los creyentes que lo han acompañado en su paso por las diferentes parroquias en las que estuvo trabajando, entre ellas San Miguel en Quíbor, San Vicente de Paúl, San Francisco de Asís en Morán, Divino Niño en El Trigal y Santa Eduviges en Valle Hondo (ambas en Palavecino), y la Asunción en El Eneal.
Señaló a EL IMPULSO que la música llegó a él por pura casualidad, “antes de irme a Europa a estudiar Licenciatura en Sagradas Escrituras, grabé un cassette, se lo dejé a una señora, ella reprodujo el contenido en un CD. Entonces, cuando regresé, mucha gente ya había escuchado las canciones”. Sorprendido por la receptividad que tuvo cada canto y oración dirigida a los pacientes oncológicos, se fue acercando más a los “escenarios” de los templos, aún sabiendo que su voz es un poco desafinada, pero no fue una limitación para llevar amor y alegría. Es importante mencionar que ha tenido la oportunidad de cantar en diferentes estados de Venezuela, razón por la cual se siente honrado, más aún cuando los fieles interiorizan cada mensaje.
Sin miedo a los retos
Los cambios le dejan muchas satisfacciones, pero más allá de adaptarse a diferentes ambientes, reconstruir iglesias y ayudar a los habitantes de un sector, el padre Badoglio, asegura que el mayor aprendizaje ha sido superar la adversidad o “cruz” que consigue en el camino, con paciencia y humildad, “cuando uno es nuevo, quiere comerse el mundo, sin saber lo que va a enfrentar. Al principio empecé con muchas ganas, siempre le pedí al Señor que me diera fuerzas para no cansarme y cumplir con las metas planteadas”. Su labor en las parroquias pobres es ejemplo de constancia. Afirma que en los sectores humildes, es donde se conoce a la gente sencilla, aquella que tiene pocas comodidades y sin embargo, da amor al prójimo, sin exigir nada.
Acercarse al pueblo
Para el padre es valioso que los sacerdotes se aproximen al pueblo. “Lo que dice el papa Francisco es una verdad: Hay que oler a oveja” sólo así se gana el respeto de los hombres y mujeres de fe y esperanza que cada día renuevan su amor a Dios.
Fecha de reconciliación
El mensaje que envió el padre Badoglio para celebrar estas navidades es mantener la unión. Aseveró que es momento de posponer todo lo que sea negativo, divisionista o contrario. “La sociedad debe tener presente que Jesucristo viene a traernos paz y reconciliación nacional”.
