La historiografía local acepta el 10 de noviembre de 1813 como la fecha más probable de la llamada batalla de Tierritas Blancas, comandada personalmente por el Libertador y por el general Rafael Urdaneta, evento lamentable para las armas patriotas del cual, por causas que no han podido establecerse con absoluta claridad, el ejército independentista fue derrotado por el que, bajo el mando de los españoles Oberto y Ceballos, se encontraba acuartelado en el llamado Campamento, situado al sureste de las recién construidas casas de Barquisimeto que apenas comenzaba a restablecerse de la hecatombe telúrica padecida en marzo de 1812.
Ciertamente que las fuerzas patriotas enfrentadas a las tropas realistas eran inferiores en cantidad, especialmente en caballería, menos equipadas con armamentos y con la difícil circunstancia de ascender por una vereda poco propicia para marcha de tropas y, por si fuera poco, a la vista de los enemigos, bien pertrechados, protegidos no sólo por los muros del Campamento sino por profundos barrancos y lagunas que rodeaban la mencionada edificación cuartelaria.
El general Urdaneta, quien narra la operación de ese día, dejó escrito en sus memorias lo siguiente;
“Formados los patriotas y preparados al combate, se abrieron los fuegos y se ordenó a la caballería que cargara a la enemiga. Hizo lo en masa y la envolvió llevándola en derrota hasta el extremo opuesto de la ciudad (hacia el oeste), en cuyos templos repicaron los soldados las campanas en señal de victoria, huyendo Ceballos hasta la laguna de Piedra, sobre el camino de Carora”.
Pero cuando todo parecía favorecer las armas patriotas, sucedió lo imprevisto, según lo dejó dicho Urdaneta:
“…por una desgracia, cuyo origen no está averiguado (hasta el sol de 2014), empeñado ya el combate entre las infanterías, con ventaja de la patriota, se oyó inesperadamente el toque de retirada”.
Ningún esfuerzo de Urdaneta ni de Bolívar logró detener a los soldados en fuga quienes además para peor, abandonaron sus armas, visto lo cual por la caballería se unió al desorden, salvadas ambas fuerzas por el escuadrón Soberbios Dragones de Caracas que al mando del Teniente Luis María Rivas Dávila, logró contener a los españoles permitiendo que los restos patriotas cruzaran el río Turbio y siguieran sin mayores problemas más allá de Cabudare llegando, en la noche, a las montañas de El Altar.
De quienes perecieron en esta luctuosa jornada bélica, del 10 de noviembre de 1813,se han logrado identificar los nombres de algunos patriotas: capitanes de infantería Juan José Bujanda, , Blas Borges, N. Guzmán; capitán de Dragones, N.Pumar, abanderado Alvarado (natural de Ospino), ayudante Casiano Medranda (natural de España al servicio de la independencia), Teniente Coronel Vicente Almarza; Tenientes Mendiri y Buroz quienes hechos prisioneros fueron fusilados en Coro, Coronel Mauricio Ayala; Capitanes Policarpo Ribón, N.Pérez, Benedicto González, Ramón Tovar , José Antonio Peña y N.Pereira, que son una mínima cantidad de los 1000 patriotas que murieron por la libertad de Venezuela, en esta fecha de luto patriótico.
¡Gloria eterna a su memoria!