#RevistaGala Carlos Bermúdez: Creador de ensambles, artista sin descanso

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Su obra, un ensamblaje creado minuciosamente a través del hierro, que juega con el volumen, con el espacio y los colores, esos que representan a su Maracaibo natal, lleno de sol y calor todo el día… Desde muy niño soñó ser artista y para eso, Carlos Bermúdez, casi por inercia, se convirtió en un creador sin descanso, en un trabajador a tiempo completo, en el escultor de sus propias ideas

Su infancia, inolvidable etapa de recuerdos y añoranzas, una época que siempre está presente en la vida de Carlos Bermúdez. Aún conserva en su memoria, con emoción y nostalgia, aquellos días en los que correteaba por las calles del sector las Veritas, en Maracaibo, estado Zulia. Su pasión por el arte lo ha llevado a estudiar muchas cosas, la fotografía es una de esas tantas manifestaciones que ha asumido, no como una labor, sino como un reto, como una pasión de años y décadas. Desde siempre quiso ser reportero gráfico, incluso el periodismo es una profesión que de niño le llamó poderosamente la atención, pero las artes plásticas y visuales ganaron esa interesante pugna, al final, pudo más su deseo de hacer con sus manos, con su innegable capacidad creativa, las piezas que hoy nos muestra con orgullo, “creo que un artista, una vez que tiene herramientas de comunicación, se puede expresar por el medio que quiera, tengo más de 10 años expresándome artísticamente con la fotografía, pero igual, ya son veintitantos años que las artes plásticas están en mi día a día”.

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El destino lo llevó a transitar este camino. De su familia, el único que decidió caminar el mundo del arte fue él, “solo vengo de una familia querida, echadora para delante, con una madre y dos hermanos llenos de muchos valores y principios. De mis hermanos uno es ingeniero y militar, el otro estudia también ingeniería… el frito de la casa soy yo”, cuenta entre risas.

Sus días eran como los de todo niño inquieto. Los deportes y las caimaneras no podían faltar, “éramos unos tira piedras, pero muy tranquilos a la vez, siempre con cuidado ya que nuestros padres eran vecinos todos y siempre se enteraban de las travesuras”. Así transcurrían sus días, eran como una suerte de entorno que poco a poco fue acercándose al universo de la plástica.

Confiesa que desde siempre le gustó crear sus propias cosas, como cuando hacía sus juguetes, pelotas de media, petacas, pistolas de madera, entre otros, esas fueron probablemente sus primeras manifestaciones artísticas. Fue a un colegio público cerca de su casa, donde cursó la primaria. De ahí al liceo y de ahí, otra fue la historia, “mi bachillerato fue tosco. Creo que en el colegio comenzó mi interés por el arte, recuerdo que desde los 12 años ya le decía a mi mamá que quería ser artista”.

Su obra ha evolucionado, en la actualidad su trabajo va desde el ensamblaje hecho con la mano a través del hierro, que juega además con el volumen, el espacio, en donde la luz es un complemento de fuerza, que va más allá de pegar, cortar, soldar y pintar. Como todos, arrancó en esto dibujando, de ahí brincó a nuevas técnicas, descubriendo nuevas cosas, fue así como forjó su nombre en esta apasionante profesión.

“Artista a tiempo completo”

El proceso de creación de Carlos Bermúdez, lo pregunto porque hay quienes necesitan una atmosfera especial, crear en la noche, escuchar música, tirarse en el suelo, ¿cómo es en tu caso?

Es de mucho pensar, de aclarar ideas. Siempre estoy con la intención de crear algo, con cualquier técnica. Trabajo en mi taller en los momentos que puedo ya que comparto el día en otras actividades, familiares y laborales… no tengo un ritual como tal, pero la música no puede faltar, soy muy alegre y me gusta cantar, eso me llena de energía y felicidad y eso trato de llevarlo a mis creaciones.

¿Se considera Carlos Bermúdez un artista plástico?

Me considero un creador sin descanso, ya da igual como te llamen, si artista plástico, artista visual o fotógrafo, lo que me importa más es comunicarme con lo que hago, el tiempo dirá, me gusta más la idea de ser un creador, como el personaje del científico loco…

Muchos pintores afirman que no existe nada más complejo que enfrentarse ante un lienzo en blanco, en el caso de Carlos Bermúdez, ¿Cuál es el mayor reto al momento de hacer tus piezas?

El mayor reto para mí es comenzar.

El color vivo y llamativo está muy presente en tu trabajo, ¿Existe una afinidad particular con cada uno de ellos? ¿Es un reflejo del estado de ánimo o la intención de su creador?

El color es Maracaibo, lleno de sol y calor todo el día. De luz viva, con sus auroras al amanecer en el Lago, el puerto de Maracaibo y las casas coloridas de Santa Lucía y la calle Carabobo… el color siempre está presente en nosotros los maracaiberos, maracuchos o como vos queráis…

Tu obra “coquetea” con elementos como el cinetismo, el constructivismo y las líneas, ¿Consideras que tu obra se acerca a temas como los mencionados anteriormente?

La obra de un venezolano siempre acaricia estas escuelas de arte, como la de maestros como Jesús Soto, Cruz Diez, Lía Bermúdez, Pedro Piña, Rafael Martínez y muchos más. El mundo de la geometría siempre estará presente.

“Vulcano y Corales” fue una de tus importantes exposiciones,  la relación entre la naturaleza de los corales marinos y la mitología de vulcano, Dios del fuego y los metales, fue el concepto central de la muestra, te pregunto, ¿Cuál es el mensaje que el artista en este caso desea transmitir en cada una de sus piezas?

Fue una gran oportunidad que una galería de arte de Maracaibo me dio. Llegue con esta propuesta de hacer unas piezas que parecen corales marinos, llenos de color y vida, llenos de cabillas de hierro, pero que a la vez eran muy sutiles y frescas. Vulcano llegó con el fuego de la ingeniería para poderlas crear, mucha soldadura y candela, solo quería reflejar lo orgánico, la naturaleza de la mano del hierro, que al fin, es otro mineral.

¿Qué significa para ti el hecho de estar en un lugar como el Salón de Arte Arturo Michelena?

Siempre quise participar en el salón que yo considero más importante y de más prestigio en la plástica venezolana. Ya son 67 ediciones y esta ocasión yo estaré ahí con mi obra. Del Zulia somos ocho los participantes, grandes artistas, a pesar de su corta edad muchos de ellos. Estar en el Arturo Michelena es para mí como llegar al encuentro de los mejores artistas de Venezuela.

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