Históricamente, gran parte de los procesos de cambios políticos, económicos y sociales de las naciones iniciaron desde la efervescencia juvenil, una actitud caracterizada por irreverencia y aspiración de futuro. Así ocurrió el 21 de noviembre de 1957, cuando miles de jóvenes de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), se alzaron contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Hablar del Movimiento Estudiantil no significa vincularlos a una tendencia definida, lo político como pensamiento marca a los jóvenes sin distinción.
Orgullosos de pertenecer a la generación de oro
El expresidente Hugo Chávez, expresó una vez que el proceso socialista de Venezuela estaba gestando la generación de oro, protagonizada por una gran cantidad de jóvenes que destacaron en hazañas estudiantiles, deportivas y culturales. Actualmente, muchos estudiantes persiguen esta visión y acompañan ese ideal en el ámbito académico, desde donde trabajan en la expansión de esta filosofía ideológica.
Los dirigentes estudiantiles de izquierda Diego Pérez, Hendrix Milian, Marlin Castillo, Alfonso Arangú, Mauricio Orellana y Franco Bastidas, conmemoran el 21 de noviembre llevando un mensaje de una universidad más social y humanista, adecuada a todos los estratos sociales y con intereses que respondan a las necesidades de la sociedad.
Pérez, quien es presidente del centro de estudiantes de Agronomía de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), manifiesta que la fecha lo remonta a las reivindicaciones estudiantiles del pasado.
“Recordamos a todos los compañeros que dieron la vida por el avance del país y por una universidad abierta, popular, participativa y democrática. Sin embargo, a pesar de los avances en la educación superior, debemos luchar contra el claustro de algunas universidades que pretenden crear un Estado dentro de otro Estado”.
Educación social y humanista
Milian, vocero principal del consejo popular estudiantil de la Misión Sucre, explicó que el compromiso histórico de los estudiantes de izquierda radica en la instauración de una academia superior vestida de pueblo, más social y humanista.
“Tenemos batallas por librar, una de ellas, contra el modelo de educación capitalista, la cual le hace mucho daño a la mentalidad del estudiante que piensa en el capital por encima de un sueño liberador. Eso lo hemos ido cambiando en nuestras academias territoriales, ya que somos sociointegradores con nuestro entorno al producir aportes que generen desarrollo”.
Rescate de conciencia
En estos últimos años, se ha reflejado una interacción más cercana de la universidad hacia la comunidad, donde se realizan proyectos sociales en rescate de la conciencia social. Así lo expresó, Marlin Castillo, representante del movimiento Vanguardia Estudiantil del Instituto Pedagógico de Barquisimeto (UPEL – IPB).
“Nuestra responsabilidad patriótica está en salir a las calles y aportar nuestras ideas y conocimientos al pueblo. Pienso que la universidad se debe vestir de pueblo, respondiendo a sus necesidades más sentidas y cultivando valores que nos permitan crecer como ciudadanos libres”.
En contra de la violencia
La expresión estudiantil en las calles debe estar marcada por un concepto propio y un objetivo de lucha preciso, sin generar violencia y sin ser respaldada por partidos políticos. Así opinó Alfonso Arangú, vicepresidente del centro de estudiantes de Agronomía, UCLA, al consultarle sobre las protestas protagonizadas desde el mes de febrero por un sector de la sociedad estudiantil que no comparte las políticas públicas del Estado.
“Evidentemente existe un trasfondo político en las manifestaciones de jóvenes opositores, quienes están respaldados por intereses imperialistas. La lucha no debe ser violenta, sino que debe propiciar espacios de diálogo y entendimiento para el bien común”.
En tanto, Franco Bastidas, dirigente estudiantil de la Universidad Yacambú, agregó que no están en contra de la manifestaciones siempre cuando no generen violencia ni muertos.
Educación territorial
Por su parte, Mauricio Orellana, miembro del consejo popular estudiantil de la Uptaeb, valoró los esfuerzos del Estado con la implementación de la universidad territorial como institución presta a los intereses del colectivo. Manifestó su orgullo por pertenecer a una academia donde se siembra el futuro del país.
Jóvenes en búsqueda de la libertad
Desde el 12 de febrero una parte del sector estudiantil salió a las calles de Venezuela a manifestar su descontento por la crisis política, social, económica y moral del país, el llamado de resistencia se replicó en todas las universidades y recibió apoyo de una parte de la sociedad. A pesar de las cifras negativas que dejaron las manifestaciones (40 muertos, 70 detenidos y 1.500 con procesos judiciales), los jóvenes expresaron que no claudicarán en su lucha defendiendo el destino del país.
Sin embargo, su labor también se manifiesta en el ámbito académico y social. Dentro de sus universidades con la lucha por un presupuesto justo y educación de calidad; así como también en las comunidades, donde han llevado jornadas de salud preventiva, charlas sociales y actividades recreativas.
Alvaro Avendaño, Xavier Aldana, Jorge López, Leonel Meléndez, Tobías Alvarado, Carmelo García, Paola Iribarren y Guillermo Osorno, son algunos de los jóvenes que desde sus academias han conformado bastiones juveniles en defensa de sus derechos constitucionales y ciudadanos.
Fecha histórica de cambio
Avendaño, presidente del centro de estudiantes del Decanato de Ciencias Veterinarias de la UCLA, precisó que la fecha histórica les recuerda todas las acciones emprendidas por movimientos estudiantiles en el pasado, las cuales en la mayoría de los casos definieron el curso político del país.
“Desde Lara hemos hecho la continuación de la lucha por la libertad, la democracia y la reinstitucionalización de la Venezuela que queremos, donde como futuros profesionales tengamos oportunidades de estabilidad y crecimiento. Para nosotros, el 21 de noviembre significa un día de esperanza porque somos la generación que le devolverá la libertad al país”.
Estudiantes generan cambios
El espíritu contestatario e irreverente del estudiante evoluciona cuando sus derechos y necesidades se ven perjudicados por el poder; de allí proviene el accionar efervescente ante la injusticia y la desigualdad. Así lo describió Aldana, presidente del centro de estudiantes del Decanato de Administración y Contaduría de la UCLA.
“Como juventud representamos euforia, rebeldía y cambios. Nosotros nos preocupamos por el mañana, pues quienes están en el poder hicieron su vida y lo tienen todo para disfrutarla, en cambio nosotros tenemos un camino por recorrer y por ello debemos apropiarnos del presente y pensar en el futuro”.
Cansados de la crisis
Inseguridad, desempleo, inflación, desabastecimiento, escasez de medicinas, detrimento de la atención hospitalaria, represión, entre otros problemas, detonaron la ejecución de las protestas en el país. Iribarren, dirigente estudiantil de la UFT, describió estos movimientos sociales como el hastío de la ciudadanía excluida.
“Estamos cansados de la crisis, llegamos a un punto de insostenibilidad. Al Estado se le escapó de las manos. Creo que nos merecemos un mejor país, donde tengamos oportunidades por igual, donde podamos salir a las calles sin miedo de que nos quiten la vida, donde podamos comprar los productos de primera necesidad sin hacer colas y donde el salario te alcance para ahorrar y ser próspero”.
Problemas presupuestarios en las academias
López, presidente del centro de estudiantes de Medicina de la UCLA y, Alvarado, dirigente estudiantil de la Unexpo, explicaron las consecuencias del déficit presupuestario en sus academias. Las instituciones citadas apenas recibieron un 35 y 24% respectivamente.
En el caso de la UCLA, López señala que el déficit en el presupuesto los obliga a depender del Ministerio de Educación Universitaria mediante créditos adicionales. El mantenimiento de planta física y las providencias estudiantiles son las primeras en salir perjudicadas. A su juicio, el Estado busca generar un descontento interno entre estudiantes, docentes y autoridades.
En cuanto a la Unexpo, Alvarado agregó que esta academia es una universidad experimental que no hace experimentos, pues al no contar con recursos, la institución no puede actualizar su plataforma científica para la realización de investigaciones.