Los homicidas de Luis Eloy Zambrano Esis (26), oficial de la Policía del estado Lara, se encuentran plenamente identificados por los funcionarios del Eje Contra Homicidios del Cicpc.
El pasado 12 de noviembre, cuando fue baleado el uniformado, los miembros de Inteligencia de Polilara recabaron unas informaciones que fueron aportadas al cuerpo detectivesco y las cuales coincidían con lo ya indagado por los sabuesos.
De forma extraoficial se conoció que los efectivos de inteligencia fueron hasta La Carucieña, tratando de ubicar a los delincuentes, pero ya habían escapado de la zona.
Según lo revelado por sus compañeros de Polilara, en días anteriores al hecho, se habría realizado unos operativos en donde fueron apresadas unas personas de La Carucieña, por lo cual sus compinches de fechorías dijeron que se vengarían robando a todo el que se atravesara y ese día pasó el Polilara en su moto. Circulaba de civil.
El Manchado y El Caracas, son los presuntos asesinos del oficial de Policía, y aparentemente son personas que presentan registros policiales.
Se conoció que son de la zona y han estado haciendo de las suyas, sin respetar a sus vecinos. Desde el momento que hirieron al funcionario, se fueron del lugar, algunos allegados señalaron que hasta se habrían ido de la región. Otros indican que siguen escondidos en la entidad.
Las divisiones de Inteligencia de Polilara, así como del Eje de Homicidios del Cicpc, continúan trabajando para dar con el paradero de dichos criminales.
Último adiós
A las 11 y 40 de la mañana de ayer, los restos de Zambrano Esis fueron llevados hasta la Comandancia General de la Policía, en donde sus compañeros le dieron el último adiós.
Un grupo de motorizados cargó su féretro y lo colocó en el pasillo. Allí lo esperaba una fila de efectivos, en representación de la directiva de la institución. Lo escoltaba el comisario Argenis Montero, jefe de Operaciones.
Frente a la urna se detuvo el hermano de Zambrano y sus padres. A un lado, sentada, estaba la esposa del fallecido, con su bebé de dos meses en brazos. En el momento de leer el acuerdo de duelo la dama rompió en llanto.
Pasaron unos minutos y el hermano del oficial abrió el féretro para que todos los presentes se despidieran. Un funcionario de apellido García, quien es pastor evangélico, fue el encargado de dar unas palabras y así mismo lo hizo el capellán de Polilara, Oscar Fréitez.
Alrededor de la una de la tarde los restos del noveno policía asesinado en el año fueron sacados de la Comandancia y procedieron a llevarlo al cementerio para darle cristiana sepultura.
