Gabriel Noriega cumplió su mejor temporada ofensiva en ligas menores con las sucursales de Marineros de Seattle y recibió el premio como jugador defensivo del año. El infielder ha trasladado todo ese crecimiento a la Liga Venezolana de Béisbol Profesional y disfruta del buen momento por el que atraviesa.
Antes del inicio del juego de anoche, Noriega era colíder de la liga imparables con 43 –igualado con el lesionado Giovanny Urshela (Águilas del Zulia)- y también figuraba como el sexto mejor bateador del torneo con promedio de .339.
“Trato de no estar muy pendiente de las estadísticas”, dijo el campocorto. “Lo más importante es el buen momento del equipo y que las cosas nos han empezado a salir mucho mejor en las últimas semanas”.
Noriega es el jugador con más compromisos disputados por Cardenales de Lara. De hecho ha tomado parte en cada uno de los 34 choques, en todos como titular.
“Tengo que darle crédito a los coachs que han trabajado conmigo desde hace varios años”, relató el nativo de Maturín. “Hace tres años realicé un ajuste porque el coach de bateo me pidió que subiera las manos y desde entonces me ha ido mucho mejor”.
Noriega ha dado conexiones largas en algunos compromisos. Incluso pegó un cuadrangular de más de 400 pies por el jardín central del estadio Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto.
“No soy un pelotero de estar haciendo muchas pesas, pero si he trabajado en mi físico. Los batazos largos han llegado porque trato de conectar la bola lo mejor posible”, contó Noriega.
El infielder de 24 años se siente mucho más cómodo en la parte baja del lineup. “Todos saben que no soy un quinto bate natural. El mánager me pidió cumplir esa labor y lo hice lo mejor posible, aunque tuve que hacer algunos ajustes porque en ese puesto no se ven muchos lanzamientos en recta”.
“Me gusta hacer swing temprano, pero como quinto bate se ven muchos envíos quebrados y yo soy bateador de rectas”, prosiguió.
Noriega espera que el buen momento de Cardenales se prolongue por el resto de la temporada. “El trabajo colectivo es la clave. Los abridores realizan un gran trabajo y eso nos facilita un poco las cosas. Tenemos que jugar pelota inteligente sin dejar de jugar duro y ser agresivos”, concluyó el estelar de la novena larense.
