El robot Philae envió una salva de datos antes de apagarse este sábado en el cometa en que se encuentra desde el miércoles, completando una misión histórica que podría ayudar a entender el origen de la vida en la Tierra.
La noche del viernes, cuando los científicos temían que ya se hubiera quedado sin batería, el robot logró enviar un torrente de datos desde el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, a más de 510 millones de kilómetros de la Tierra.
Previamente, durante el día, el robot hizo con su taladro una perforación de 25 centímetros en el cometa, aunque no se sabe aún si logró extraer una muestra de la superficie.
Más tarde, el CNES, la agencia espacial francesa que participa en la misión, anunció que se había perdido el contacto por falta de energía del robot, enviado al cometa por la sonda europea Rosetta.
La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) señaló por su lado que el robot «ha entrado en modo stand-by».
La misión es considerada un éxito. El robot logró una proeza, una rotación que le permitirá a sus paneles solares recibir más luz en los próximos meses, a medida que el cometa en que se encuentra avance hacia el Sol.