A veces, la cantidad de mil millones de dólares simplemente no es suficiente. Sue Ann Hamm, la exesposa del magnate del petróleo Harold Hamm, piensa apelar un fallo emitido por un tribunal de Oklahoma a principios de esta semana, el cual le otorgó casi 1.000 millones de dólares en el divorcio de la pareja.
La señora Hamm, de 58 años, sostiene que la suma de dinero no es justa. La pareja estuvo casada durante 26 años, tiene 2 hijos y no contaba con un acuerdo prenupcial. A partir de agosto, la riqueza del señor Hamm tenía un valor de más de 20.000 millones de dólares, según Wealth-X.
«Sue Ann está decepcionada ante el resultado de este caso», dijo su abogado Ron Barber. «Ella dedicó 25 años como la fiel compañera de Harold, en la familia y en los negocios».
Como parte del acuerdo, a la señora Hamm se le pagará un tercio de los 995,5 millones de dólares antes de terminar el año. Su esposo está en un plan de pago para los restantes 650 millones de dólares, con cuotas de por lo menos 7 millones de dólares al mes.
La señora Hamm, una abogada y economista, desempeñó puestos ejecutivos en la compañía de petróleo del señor Hamm, Continental Resources (CLR).
Harold Hamm es, en cierto modo, una leyenda en la industria petrolera. Él creó la compañía desde cero, promovió el uso de la fracturación y lideró el desarrollo del campo petrolero de Bakken en Dakota del Norte.
Durante el juicio, los abogados de la señora Hamm argumentaron que el éxito del empresario fue el resultado de su habilidad y arduo trabajo, y que como su pareja, ella ayudó a hacer que esto fuera posible y debería tener derecho a una parte considerable de la fortuna del señor Hamm.
Los abogados del señor Hamm argumentaron que su riqueza en su mayoría estaba fuera de su control, y era determinada más por el aumento en los precios del petróleo y, como tal, no debe ser sujeta a ser compartida en un divorcio.
«La compañía le perteneció al señor Hamm durante más de 20 años antes del matrimonio», dijo su abogado, Craig Box.
Los expertos legales esperaban una cifra mucho más alta… más en la línea de 4.000 a 8.000 millones de dólares; esto lo habría convertido en el divorcio más caro de la historia.