Este jueves, una vez más, quienes se desplazaban por la carretera Barquisimeto-Duaca se vieron imposibilitados de continuar sus viajes en horas de la mañana a consecuencia de una nueva protesta vecinal con cierre de la misma.
En esta oportunidad tocó el turno a los habitantes del sector Brisas de Belén, una comunidad de 60 familias constituida hace 8 años que reclamaban de Corpoelec el suministro de electricidad.
Aracelis Coello, una de las amas de casa, explicó que hace 7 años los residentes de la urbanización Nueva Yucatán les permitieron hacer una toma de sus redes, de manera provisional, durante unos tres meses, mientras Corpoelec hacía la correspondiente instalación.
Pero esa instalación “provisional” se ha prolongado por siete años y hace pocos días colapsó al explotar los transformadores dejando sin suministro eléctrico, no sólo a los habitantes de Brisas de Belén sino también a un grupo de familias de la urbanización.
Dijo Aracelis que han llamado y acudido personalmente a las oficinas de Corpoelec exigiéndoles la solución del problema pero hasta ahora no ha habido respuesta alguna.
Explicó que las familias del sector tendrán suministro eléctrico cuando la empresa coloque los 16 postes necesarios, pero hasta ahora sólo ha dejado 6 que resultan insuficientes.
Pero la falta de fluido eléctrico no es el único problema de las familias de esa comunidad pues tampoco tienen agua debido a que la empresa encargada del embaulamiento del buco vecino rompió el tubo por el que se la suministraban.
“Nosotros sabemos de las penalidades de esta gente y por eso estamos solidarizados con ellos”, manifestó una vecina de la urbanización Nueva Yucatán presente en el lugar.
La líder del grupo de Brisas de Belén afirmó que, “cansados de tanto peloteo con nosotros decidimos protestar cerrando la carretera con la esperanza de que llegue un funcionario a resolvernos el problema”.
Pero nadie se presentó durante toda la mañana y conforme transcurrían las horas, el congestionamiento automotor en ambos sentidos se iba extendiendo.
“Ya yo perdí mi día de trabajo porque no se ven indicios de que vayan a abrir el paso”, dijo el conductor de un camión que se dirigía a Aroa.
Las mujeres y hombres de la comunidad persistían en su posición, dejando pasar solamente los vehículos con emergencias, en especial las ambulancias.
Oficiales de la policía y GN trataron de convencerlos mediante conversaciones que no dejaron resultado alguno.
Poco después del mediodía, el jefe de los guardias nacionales presentes ordenó retirar los escombros existentes en la vía y la apertura del tránsito automotor.
Los vecinos se vieron obligados a retirarse y este viernes tienen previsto acudir a la gobernación, pero si no encuentran solución a sus problemas volverán a protestar.