El Gobierno ha tomado un giro que parece ya marcar un rumbo cierto hacia una etapa nefasta y crítica. Por un lado consolidó un pacto con el sector militar sellado en el marco de un aumento salarial privilegiado, y por otro comenzó a dolarizar la economía a tasa libre. En ambos (dólares y militares) el color dominante es el verde.
Lo de la militarización del gobierno, aunque no es nueva, reviste ya niveles grotescos que no se vieron ni siquiera en época de Chávez, quien al menos tenía la excusa de ser un «soldado», cosa que no sucede con Maduro que luce más como un rehén. La militarización de las policías y los cambios en las gavetas de Interior y Defensa son elocuentes. Y finalmente el aumento del 40%, casi el triple del aumento a los trabajadores civiles, que manda un mensaje claro y contundente. «A discre-sión».
Pero en materia económica la cosa es mucho más macabra. El plan en marcha es el de las economías paralelas, la del subsidio y la del dolar libre, con una brecha entre ambas que casi alcanza el 2 mil por ciento. Lo subsidiado es escaso, racionado y requiere de colas, suerte y por supuesto el favor del Gobierno. La economía libre requiere es un nivel de ingreso inalcanzable no solo ya para la clase obrera sino también para toda la clase media profesional. Ganando en bolívares tarde o temprano se pierde el juego en el tablero del dólar libre y se queda a merced del subsidio esclavizador.
Evidencia de esto es el caso de la lineas aéreas que siguen vendiendo con permiso del Gobierno pasajes a dólar libre. Si usted quiere el precio subsidiado en bolívares, anótese en esta lista y rece, pero si de verdad quiere viajar pague en dólares que todo se resuelve. Ahí se evidencia la tesis de las economías paralelas que forma ya una estrategia en progreso Otro caso emblema es el decreto recién firmado por Maduro para permitir la importación directa de carros último modelo a quien tenga a bien pagar en dólares ese capricho. En vez de resolver el problema de las ensambladoras aquí dándole los dolares para que reactiven las plantas que generan puestos de trabajo en el país, prefirió permitir que la gente (los que dispongan de al menos 20.000 dólares en el extranjero) se traiga sus carros nuevos. Es como si Maduro gobernara para los enchufados cadiveros que son los únicos que en definitiva se benefician con esta medida. El caso es que igual conviven las dos realidades económicas, si usted quiere un carro a precio regulado en bolívares haga la cola y rece, pero si verdad lo quiere tener compre sus dólares que para eso fue que despenalizaron el mercado negro. Se trata de la dolarización paulatina de la economía, pero ¿Cuántos pueden ganar en bolívares y gastar en dólares? Casi nadie, pero para eso tenemos la economía subsidiada en la que para comprar una pastilla para el dolor de cabeza tiene que gastar todo un día en busca de su ración o esperar que un medico cubano se la prescriba.
Maduro se puso verde: Férreo aparato de represión militar y dolarizaciòn. De esta manera la mafia cadivera intocable sigue contenta comprando todos los das a Bs. 6,30 lo que vale Bs. 100,00 y usando ese margen de ganancia para poder importar su camioneta todos los años y viajar a cualquier destino comprando el pasaje en dólares. Los demás que hagan su cola, esperen su turno y marquen su huella. Hasta que el pueblo se arreche.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.
