Desde 1990, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) estableció el segundo domingo de noviembre de cada año para celebrar el Día del Abrazo en Familia.
Esta iniciativa se acompaña cada año con una semana de intensa concienciación en parroquias, escuelas, medios de comunicación e instituciones públicas y privadas, en torno a los valores y los principios.
A juicio de monseñor Antonio José López Castillo, arzobispo de Barquisimeto, la campaña Abrazo en Familia 2014 tiene por lema: Diálogo, perdón y reconciliación: caminos para alcanzar la paz.
En la homilía celebrada en el Centro Pastoral Monseñor Críspulo Benítez ,de Barquisimeto, el prelado subrayó la importancia del abrazo y la reflexión sobre la paz, acción que considera está ausente en muchos ambientes, incluido en el entorno familiar.
“Es importante saberse relacionar con los demás. El diálogo reviste de importancia, aprender a oír, hablar, saber decir las cosas, estar atento con quien se interactúa, sin ofensas. El perdón debe estar presente en la familia, entender que no estamos exentos de equivocarnos”, manifestó al público.
Un mensaje a los líderes
Habló también de la reconciliación, destacando que el país no le pertenece a un solo grupo, pues es de todos los venezolanos, por ello, envió un mensaje especial a quienes dirigen las políticas de Estado “para que busquen a como dé lugar, caminos de inclusión”.
Manifestó que la Iglesia propone como primera opción dar paso al diálogo familiar y detalló que si las familias cristianas estuvieran dispuestas a ejercitarse en la escuela del diálogo, ciertamente mejorarían notablemente las relaciones entre sus miembros y se convertirían en agentes multiplicadores de entendimiento, de respeto, de amor y contribuirían eficazmente en la búsqueda de la paz.
Antes de finalizar su sermón, monseñor explicó que el Día del Abrazo en Familia, trata de un día en el que se pretende unir lazos familiares entre todos los miembros que la forman.
Recordó estar vigilantes a los vicios “para que no nos invadan como el alcohol, la droga, el adulterio, el crimen, el robo, la mentira, la envidia, la corrupción, la codicia y el ateísmo, sino transitar por los caminos de la esperanza, de la fe y la caridad. Que así sea”, concluyó entre un estruendoso aplauso para compartir posteriormente mesas de trabajo, denominadas Mesas de Encuentro y Reflexión, sobre diferentes tópicos que envuelven la cotidianidad “pero sobre todo Educación para la Paz”.
