Carolina Vizcaya (33), madre de la niña que fue herida este jueves, cuando acompañaba a la joven de 14 años asesinada en Mapararí, expresó ayer entre lágrimas, que se encuentra a la espera de un milagro.
“Mi hija recibió una grave herida en el cerebro y por ahora está sedada. Sabemos que su estado es muy delicado, sin embargo, confiamos en que Dios hará que despierte y se recupere satisfactoriamente. Su papá, sus dos hermanos y yo, anhelamos ocurra un milagro”.
Sobre el agresor, Vizcaya manifestó: “Dios será el encargado de hacer justicia por el horrible crimen cometido en contra de mi sobrina y por la grave herida que le causó a mi hija de apenas tres años de edad”.
Por otra parte, agradeció la atención brindada por los médicos tratantes de la pequeña. Aseguró que han hecho todo lo posible por mantenerla con vida.