Este viernes, muy temprano, cuadrillas de obreros de Imaubar y Servicios Generales de la Alcaldía de Iribarren, dieron inicio a las labores de recuperación de las áreas que durante algún tiempo habían sido ocupadas por familias de la etnia Yukpa, procedentes de la Sierra de Perijá, en el estado Zulia.
La noche de jueves fueron desalojaos y enviados a su región de origen la mayoría de las mujeres, hombres y niños que habían convertido lo que en un tiempo fue un parque, frente al viejo cementerio de la calle 42 o avenida Rómulo Gallegos, en un campamento donde campeaba la insalubridad producto de los malos olores.
Para la mañana de este viernes, de acuerdo a informaciones de Isabel Vargas, coordinador del camposanto, sólo quedaban en el lugar 6 adultos y 12 niños, supuestamente porque los jefes de esos grupos exigían altas sumas de dinero para retirarse.
Hasta la noche del jueves habían sido sacadas del sitio 154 personas, entre adultos y niños.
Eso ha permitido que durante las últimas horas no sean vistos en los semáforos de algunas avenidas de Barquisimeto y Cabudare, niños y adultos yukpas pidiendo limosnas a conductores y pasajeros de vehículos.
Pero aún con ellos en la parte sur del área, los obreros de la alcaldía iniciaron sus labores destinadas a recolectar todo tipo de desperdicios y a eliminar la maleza que había crecido durante los últimos meses.
“Este era un problema sanitario cada día más creciente en pleno centro de la ciudad y la idea es recuperar el parque para ponerlo al servicio de los ciudadanos”, explicó el ingeniero Luis Valencia, de Imaubar, mientras dirigía las operaciones.
Dijo que unos 50 obreros, de Imaubar y Servicios Generales, participaban en las labores de limpieza y para las diez de la mañana ya habían llenado ese número de bolsas negras con desperdicios.
El trabajo lo hacían cubriéndose sus caras en vista de los olores existentes ya que los indígenas que ocupaban la zona hacían en ella sus necesidades fisiológicas.
“Eso era un problema grande paras todos; ciudadanos que debían pasar por las aceras de la aven ida y para los que venían al cementerio”, dijo Isabel Vargas.
El ingeniero Valencia, por su parte, acotó que la alcaldía tiene dos proyectos a ser ejecutados para convertir el hasta ahora abandonado parque del camposanto, en un sitio de recreación, donde los ciudadanos puedan reunirse con seguridad.
Se tiene prevista la vigilancia policial a fin de impedir que con la salida de los indígenas el lugar sea tomado por antisociales como ocurrió hace algún tiempo, impidiendo su uso por la ciudadanía.
Se conoció también, extraoficialmente, que allí será instalado un puesto de la Policía Nacional Bolivariana, lo que impediría nuevas invasiones extrañas.
Se espera que este desalojo sí sea definitivo y no como otros ocurridos anteriormente cuando, pocas horas después de haber sido llevadas las familias indígenas hasta el estado Zulia, nuevamente se les podía ver en calles y avenidas de Barquisimeto y Cabudare.