“El venezolano no es envidioso, aspira: el que envidia no avanza, el que aspira llega lejos. No nos pongan a elegir entre lo colectivo y lo individual. La capacidad individual de cada individuo beneficia al colectivo. Los equipos ganan cuando cada uno cumple con lo que le toca hacer. La inventiva y capacidad emprendedora de cada individuo es vital”.
Lorenzo Mendoza
Los seres humanos paridos en este puñado de Tierra Mágica llamado Venezuela hemos aprendido de la Paja Sabanera a erguirnos después de que pasan los vientos huracanados y, revivimos, cual Ave Fénix, después de los incendios forestales que son devastadores cuando son ocasionados, de manera intencional, por manos despiadadas impulsadas por la maldad o por hambres personales.
Es deber de todos y de cada uno de nosotros ejecutar el derecho a defender, preservar y salvaguardar la prosperidad del futuro de nuestros seres queridos y de nuestra descendencia. La inmensa problemática que aqueja al país se solucionará, si y sólo si, se restablecen los preceptos; los verdaderos principios y valores; la ética, la moral, la urbanidad y el civismo, tal cual han sido aceptados y ejercidos, tradicional e internacionalmente.
No puede haber desarrollo mientras los culpables de: la inseguridad, inflación, Chikunguya, y Dengue; de la escasez de harina, de pañales, papel sanitario y desodorante; del desastre de la generación, abastecimiento y distribución de energía eléctrica; de la escasez de agua potable y de medicinas; del caos del sistema de salud; del desfalco de Cadivi y de aquellas maletas con dólares presuntamente ilegales en origen y destino; del caos de la infraestructura de la vialidad en autopistas, carretas, vías rurales, calles y avenidas, puertos y aeropuertos; del exterminio del sistema productivo nacional, agropecuario, industrial, artesanal, del comercio; sean: el imperio, la burguesía, la guerra biológica, la IV República, las mafias, el contrabando, los conspiradores, los buhoneros, el consumismo, la iguana, el fenómeno del Niño, el capitalismo, los caricaturistas, los apátridas y los infiltrados, respectivamente; dirigidos y patrocinados por los medios de comunicación independientes, que les fueron y le son tan útiles cuando los necesitan, entonces… “a algunos los manipulan.”
Viejo adagio es el que expresa: “La grandeza del vencedor se demuestra con la benevolencia con el vencido.” Debe imperar el respeto, y no es digno utilizar un lenguaje escatológico contra personas respetables, cuyo único delito es oponerse a un sistema que no comparten en su ideología y que, por sus resultados parece que le es necesario profundas rectificaciones.
Hay una dura realidad y tenemos que enfrentarla con decencia, decoro, probidad y honradez; salvaguardando la correcta utilización de los bienes y el gasto de los recursos que lo integran, para poder alcanzar las finalidades previstas con la mayor economía, eficacia y eficiencia. #LaraEsImpulso.
