“No hay palabras para decir cómo me siento yo… ¿Cómo me siento? No hay palabras… Es un dolor muy profundo que nada ni nadie nos va a calmar”, decía con voz de dolor, una joven pariente de la señora María Maximina Bonilla de Garrido, de 61 años de edad, al frente de su casa, en Andrés Eloy Blanco, carrera 7 entre 4 y 5, donde se velaban los restos de la abuela de una menor que también viajaba en el autobús de la línea 12 de Octubre, que se estrelló contra un muro.
Allí, amigos, vecinos y parientes de quien estaba orgullosa de su nieta (desde el 2012 practica natación, deporte que le ha llevado a ganar más de 30 medallas), lamentaron el accidente ocurrido en El Baho, municipio Cardenal Quintero de Mérida, donde fallecieron tres personas y más de 20 lesionados, entre adultos y jóvenes nadadores (novatos), que venían de una competencia realizada el fin de semana en el Complejo Deportivo 5 Águilas Blancas de la capital andina, donde se celebraba la IV Copa Aniversario del Club de Natación Talentos Deportivos, en homenaje a los 35 años de trayectoria de José “El Chato” Vivas, entrenador oriundo de Mérida.
Desde ahí, salieron el domingo a las 2 p.m., almorzaron en el páramo y siguieron su ruta. Iban dos autobuses: uno con 31 (incluyendo tres bebés), y el otro con 32 personas, el que tuvo el incidente.
En una acera de la vía de la comunidad Andrés Eloy Blanco, al oeste de la ciudad, Edgar Díaz y José Garrido, comentaron algunos hechos que incomodaron a quienes fueron a retirar los cuerpos sin vida de sus deudos en Barinas.
“Había hombres que nos querían cobrar 30 mil bolívares fuertes. Tenían un negocio, pero afortunadamente, logramos traer a Bonilla de Garrido hasta su casa”, dijeron
Reconocieron el apoyo de los habitantes de Santo Domingo, que le brindaron abrigo a quienes salieron ilesos del accidente. Igualmente, la solidaridad de Jeckson Marín y Eddy Álvarez, de las delegaciones de Barinas y Mérida.
A la par de esta situación, en los principales centros de salud de la región, familiares contaban lo ocurrido y se mantenían expectantes ante la condición física y emocional de adultos y niños, que reciben atención médica.
De causa y tragedia
Se dijo que una falla mecánica originó el accidente, versión corroborada por los familiares de los lesionados. ¿Pero qué pasó? Debido a las pronunciadas curvas de la carretera Mérida-Barinas, por ser en bajada, el conductor venía frenando constantemente, lo cual produjo la cristalización de los discos ante la fricción de las pastillas, por tratar de reducir la velocidad del vehículo. Ese proceso genera a su vez altas temperaturas y el deslizamiento consecutivo de los frenos. EL IMPULSO conversó con expertos en mecánica, quienes manifestaron que para evitar este tipo de irregularidad es necesario rectificar los discos y contar con pastillas de excelente calidad, además del respectivo mantenimiento.
De hecho, al momento del accidente, el colector habría gritado: “Vayan todos hacia atrás, que se nos fueron los frenos”, momento en el cual los representantes se abalanzaron sobre los menores para protegerlos. Iban 17 adultos y 15 niños.
Durante el traslado hasta Barquisimeto, se emplearon ocho ambulancias con apoyo de Rapel (Red de Atención Prehospitalaria del estado Lara), 171, Protección Civil, Bomberos de Iribarren y del Imderi (Instituto Municipal de Deporte y Recreación de Iribarren). Además, hubo la ayuda de Barinas, cuyo Gobierno prestó tres vehículos asistenciales.
Sobre el caso, tiene conocimiento la fiscal primero del Ministerio Público en Mérida, Carolina Colombi, quien se encarga de delitos comunes (con competencia plena).
Al llegar a la ciudad
Al mediodía del lunes, salió la primera ambulancia desde el Hospital Dr. Luis Razetti de Barinas hasta el Antonio María Pineda y el Pediátrico Agustín Zubillaga (HPAZ) de Barquisimeto, donde se recibieron a los lesionados. Al primero fueron ingresados nueve adultos y al segundo centro asistencial, siete jovencitos, de entre 4 y 12 años de edad, (algunos ya están en sus casas). Otros fueron llevados a clínicas de la ciudad, del centro y este.
EL IMPULSO conoció la condición actual de cada uno de ellos, en voz de los doctores Jorge Gaiti (director del HPAZ), y Ruy Medina (director del Hcamp), quienes aseguraron que el estado de salud de los que permanecen recluidos es estable.
“Todos fueron generalmente politraumatizados. Esta mañana (ayer), se dio de alta a una señora; otras dos y un muchacho se iban a intervenir de emergencia, porque presentaban una fractura con luxación de codos, manos y antebrazos. Ninguno ingresó de gravedad. Esos casos serían resueltos este lunes, pero están bien, estables. No hay ninguno que tenga peligro de vida. Entre este miércoles y jueves, se podrían dar de alta”, informó Medina, sobre los adultos.
A juicio de él, la atención fue la mejor, igual a la que se les da a otros pacientes. “Ayer (lunes), hubo muchos pacientes con fracturas y los insumos fueron utilizados en ellos. Ahora bien, si los lesionados, vinieron sin yeso en un momento determinado o con férulas que no eran las correctas, ¿qué pasa en el hospital de Barinas? Es decir, están en peores condiciones”, reflexionó el especialista.
Hasta este lunes estaban en emergencia del Hospital Central, pero serían llevados a la nueva área de Traumatología, a medida que se fueran desocupando las camas.
Por su parte, Gaiti reseñó con relación a los pequeños, que “recibimos siete niños durante la noche del lunes, de los cuales uno fue intervenido quirúrgicamente de emergencia, porque presentó fractura en los brazos; es una niña de nueve años que está en el equipo de natación. Está en observación por sospecha de traumatismo abdominal y se descartan futuras complicaciones. Todos están estables, pero ella presentó una fractura supracondilea con un desplazamiento en los huesos de la mano”.
Mientras tanto, las familias esperan la pronta recuperación de los nadadores y sus acompañantes.
