Definitivamente, no hay cultura del orden en Barquisimeto.
Por un lado, las autoridades competentes se mantienen al margen de la anarquía, y por el otro, las personas, en vista de la ausencia de sanciones, actúan sin atender las normas que faciliten a todos una armónica convivencia.
El atractivo de toda ciudad es el centro de la urbe, por su estratégica ubicación para el desarrollo de actividades comerciales, porque cuenta con lugares para la recreación, espacios públicos abiertos para compartir y muestra de estructuras arquitectónicas de alto valor histórico.
Sin embargo, cuando no se saben utilizar moderadamente pierden este sentido y por el contrario, se convierten en sitios hostiles para visitar.
En Barquisimeto, el caso del bulevar de la 20 no escapa a esta realidad.
Este lugar fue concebido por el municipio cuando lo transformó de la avenida 20 a bulevar, para facilitar el desplazamiento a pie del ciudadano y limitar el vehicular.
Actualmente, este bulevar está anarquizado porque lo tomaron motorizados y carros particulares.
De manera silvestre, estos conductores se apoderaron de este extenso canal que comienza en la avenida Vargas hasta la avenida Rómulo Gallegos, poniendo en alto el riesgo a los peatones que lo usan.
Los motorizados y automóviles se desplazan a velocidades no permitidas, concretamente por los canales destinados para el paso de las unidades de Transbarca, obstaculizando la labor de este servicio de transporte.
Por consiguiente, ya dejaron de ser canales exclusivos.
Jacinto López, usuario, lamentó que no haya voluntad suficiente de parte de las autoridades para que hagan respetar la norma y obliguen a salir a estos conductores del bulevar de la 20, no sin antes aplicarle las correspondientes sanciones de ley.
Alberto Mendoza, comerciante, criticó que pese a la presencia de efectivos de la Policía Municipal de Iribarren en la zona, los motorizados no respetan y los desafían, pasándoles por el frente.
También manifestó que la idea de un bulevar es mantenerlo alejado de la contaminación sónica y del monóxido de carbono emanado del tubo de escape de los carros, y estas dos cosas no se consiguen en la 20, por el contrario, cada vez más se incrementan en perjuicio de todos.
Mariela de Alcalá habló sobre los arrebatones de celulares y pidió mayor seguridad.