El Liceo Francisco José Rojas, ubicado en urbanización Los Pinos de la parroquia Cabudare, literalmente se cae a pedazos bajo la mirada indolente de las autoridades educativas.
El aspecto exterior e interior del plantel da terror: no existe una sola área en buen estado.
Alumnos y profesores argumentan que la institución fue dejada al olvido.
Todas las áreas están oscuras y con mayor gravedad los salones de clases.
“Absolutamente todos los salones y los mal llamados laboratorios carecen de luz eléctrica. Bombillos, lámparas y la red eléctrica fue desvalijada y la existente, no funciona por nulo mantenimiento”, señalaron Jackson Linárez, José Palacios y Cristian Mesías, docentes del liceo.
Ausente gerencia
Los profesores atribuyeron los males de la institución “a la mala gerencia, que en el año escolar que recientemente finalizó tuvimos tres directoras que solamente se encargaron de conservar sus puestos”.
Persiste en el liceo -añadieron-, una mala distribución. La directora actual es una profesora proveniente de Caracas, impuesta por la Zona Educativa, desconocedora del proceso educativo emprendido en este plantel.
Baños: amenaza sanitaria
Los docentes agregaron como uno de los problemas más marcados, el estado deplorable de los baños, los cuales fueron clausurados y los existentes son sinónimo de epidemia.
A distancia se perciben los olores nauseabundos que emanan de los únicos dos baños para damas y caballeros.
“El uno no puede estar peor que el otro” dijo una alumna a EL IMPULSO, increpando que los sanitarios son focos infecciosos que deben ser intervenidos lo antes posible.
Otro alumno anotó que ya han agotado todos los canales regulares para denunciar el mal estado de los baños y que de no obtener respuestas, se verán obligados a paralizar las actividades académicas.
La dramática realidad es que existen dos baños, inundados de aguas fecales que se desparrama hasta los pasillos y anega las áreas comunes, cuyas piezas sanitarias no funcionan y deben ser compartidos para una matrícula superior a 750 estudiantes.
Seis aulas fueron cerradas producto de los malos olores provenientes de los baños y la sala de profesores, pronto correrá con la misma suerte, dado, los alumnos de la noche, utilizan una jardinera contigua como sala de baño.
El personal administrativo y obrero no tiene un sitio en donde hacer sus necesidades, y en muchas ocasiones deben interrumpir las actividades.
Los techos son irrecuperables y los laboratorios no cuentan con ningún tipo de dotación.
FEDE ha realizado cuatro inspecciones al liceo con la expresa promesa de iniciar un plan integral y violento para rescatar de la pesadumbre la infraestructura escolar, pero transcurren los años y el plantel se sigue cayendo a pedazos.