Algunas iglesias de Barquisimeto y de otras poblaciones del estado Lara presentan aspectos que dejan ver la falta de un adecuado mantenimiento que impida corregir las fallas estructurales que sufren, antes de que las mismas adquieran altos grados de deterioro.
Durante un recorrido por la ciudad se puede observar en algunos de esos centros religiosos los daños provocados por los años y la falta de atención.
Feligreses consultados sobre el estado de algunos de ellos permitieron determinar que en las esferas oficiales, regionales y nacionales, no existen organismos dedicados exclusivamente a la atención a los mismos.
Reconocen que desde la gobernación de Lara se han asignado partidas para obras en determinadas iglesias católicas, y también evangélicas, pero, aparentemente, las mismas no son suficientes dada la magnitud de los daños estructurales que presentan.
Francisca Montero, asidua visitante de la iglesia Concepción, en pleno centro de Barquisimeto, mostró algunas de las deficiencias que la misma presenta.
Hace algunos meses la vieja estructura fue sometida a una serie de obras destinadas a corregir las fallas que presentaba, aunque todo indica que las mismas no fueron concluidas.
“Parece que se acabaron los reales y dejaron eso así porque no hemos visto más a los trabajadores que aquí estaban”, indicó.
Simplemente basta observar la parte alta del frontal de la estructura para darse cuenta que las paredes se están cayendo a pedazos y no se hace nada para evitar que el mal se extienda a otros sectores.
Incluso, a tal grado ha llegado la falta de mantenimiento a esa casa de Dios que hasta pequeños arbustos han nacido en el techo.
De acuerdo a informaciones aportadas cuando se iniciaron hace varios meses los trabajos de reparación de las áreas afectadas, principalmente los techos, sería necesario reconstruir prácticamente los mismos, pero todo indica que los dejaron inconclusos por lo que las filtraciones cuando llueve deben persistir.
A un lado, en el sector sur, permanecen amontonadas las tejas retiradas.
Igualmente, en ese lugar, continúa abandonada la gruta con la imagen de la Virgen.
Esa era una fuente que generaba mucha atención de la población, pero hoy día sólo es un criadero de zancudos y otros insectos gracias al agua que allí se encuentra empozada.
El problema de las filtraciones es general en casi todos los templos católicos de Barquisimeto, pese a los trabajos de impermeabilización que esporádicamente se llevan a cabo, aunque parecieran no ser de la calidad requerida.
La iglesia de La Paz, en la carrera 15, es otra de las que desde hace algún tiempo viene padeciendo por las filtraciones que hacen temer por los objetos valiosos que allí se encuentran.
En varias ocasiones la feligresía ha exigido atención a ese problema pero no ha habido respuesta positiva a nivel regional o nacional.
“Cuando llueve en Barquisimeto pareciera que cae más agua adentro que afuera y si no se atiende a tiempo la situación cuando vayan a actuar eso va a estar más grave”, dijo Mariela Pernía, mientras observaba desde la plaza.
Pero, por si fuera poco, la Catedral, el más importante templo católico de Barquisimeto, no ha podido escapar a la problemática de las filtraciones.
Cuando llueve fuerte sobre la ciudad en las naves de la Catedral no caen goteras sino chorros y todo se inunda, manifestó un vecino de la zona que sólo dijo llamarse Miguel.
Allí se han hecho algunas correcciones pero las mismas han resultado inútiles porque la anormal situación persiste, pensando algunos que no se utilizan materiales de buena calidad o quienes ejecutan los trabajos no son muy duchos en la materia.
Pero el colmo de la falta de atención hacia los templos está en Bobare, donde la antigua iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe lleva años cerrada como medida de precaución.
El techo no resiste más, la madera que le sostiene ha cedido, las paredes se caen a pedazos por el agua que se filtra desde arriba y el Gobierno nacional, al que compete su restauración, nada hace a pesar de las numerosas comunicaciones y hasta visitas personales ejecutadas por parroquianos temerosos de que lo que consideran un valioso patrimonio, se desplome en cualquier momento.
Y como esa están otras iglesias, aún cuando se reconoce la actuación de la gobernación hacia algunas de ellas.