Los llamados comerciantes informales, muchos de los cuales estaban dedicados a vender en la vía pública artículos pertenecientes a la cesta básica, ante la ofensiva emprendida por las autoridades, optaron por cambiar de rubros, al menos públicamente, y dedicarse a los artículos propios de la temporada navideña.
Para este sábado estaba anunciada, a nivel nacional, un reforzamiento de los operativos destinados a ubicar y decomisar aquellos artículos, como harina precocida de determinada marca, aceite vegetal, sobre todo de maíz, jabón, de lavar y de baño, que se vendían a precios especulativos.
Ante ese anuncio y el temor a perder todo lo invertido en la adquisición de ese tipo de mercancía que les estaba proporcionando ganancias de hasta el 300 por ciento, la mayoría de los buhoneros decidieron guardarla.
“Ahora estamos vendiendo juguetes, como bicicletas, triciclos, muñecas, que todavía están a buenos precios y no tenemos problemas con la policía o guardias nacionales”, dijo uno de ellos en un puesto de la carrera 21.
En un recorrido por toda esa arteria comercial, desde la avenida Vargas hasta la 42 no se pudo observar un solo puesto donde estuvieran vendiendo productos regulados.
Sin embargo, un comerciante de la zona dijo que siguen vendiendo el aceite y la harina, pero sólo a personas conocidas a quienes les buscan los productos cuando se sienten seguros de que no los descubrirán.
Pero la venta que no han podido controlar es la de los aceites automotores, que en algunos sitios siguen vendiéndolos a precios exagerados.
Por otra parte, una ama de casa denunció ante los periodistas que algunos personas, con la complicidad de empleados, están comprando ciertos medicamentos en farmacias donde dan descuentos, para luego revenderlos a precios especulativos.
Dijo haber visto a una mujer comprar una larga lista de medicamentos que, lógicamente, no podían ser para ella sola.